💗XIII💗

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Pequeños quejidos y jadeos salían de su boca, el vapor de los cuerpos calientes ya había dejado huella en los vidrios polarizados de aquella camioneta.

Todo había sido demasiado rápido, el rubio se sentía caliente por todas partes, de repente la timidez que jamás se había dejado ver en él se apoderó de todo su cuerpo gracias a su compañero.

Jongho lo hacía sentir en las nubes, no era que Yeosang nunca hubiera hecho nada subido de tono o algo por el estilo, pero con Jongho el rubio se sentía como un virginal, todo en Jongho gritaba masculinidad y rudeza y la manera en que le amasaba las nalgas lo estaba haciendo marear.

De pronto el beta ya no solo lamia y besaba su cuello, había bajado aún más abriendo unos botones de la camisa con una de sus manos mientras la otra no le soltaba el culo.

Yeosang tenía los brazos rodeando el cuello del pelinegro y una de sus manos ya se había enterrado entre sus cabellos lacios empujando su cara más cerca en su pecho cuando comenzó a chupar su pezón.

–Jongho b-basta, van a llegar en cualquier momento– el rubio había echado su cabeza ligeramente hacia atrás.

Lo tomo por sorpresa que el pelinegro metiera una de sus manos entre sus cuerpos para apretarle el bulto en su pantalón, haciendo que gimiera demasiado alto y agudo.

–Joder Yeosang, te quiero comer todo– el rubio estaba todo sonrojado de la vergüenza, jamás se había sentido así de abochornado de placer, y claro esta que mucho de esto se debía a qué el en sus relaciones anteriores siempre fue activo.

No sabía de lo satisfactorio que era dejarse hacer sin tener que moverse apenas, pero eso lo hacía sentir un poco débil y confuso, le gustaba mucho.

Jongho le encantaba, y no habían hecho nada aparte de besarse en todas esas semanas, solo coqueteos, besos y una que otra mano suelta pero jamás habían llegado a tanto.

A tanto, y mucho menos en un lugar público en una camioneta esperando a sus compañeros y al gerente que se bajaron a comprar comida para llevar al dormitorio y cenar.

Los vidrios estaban todos empañados y cuando el rubio vio por la ventana de atrás que los chicos salían de la tienda volviendo al carro tuvo que empujar por los hombros a Jongho para que lo soltara.

El pelinegro ni se dio cuenta, demasiado enfocado en delinearle los pezones con la lengua al rubio como para enterarse de nada, no era broma que Jongho parecía casi un alfa, actuaba como uno.

–Suéltame ya vienen, mira este desastre estamos todos sudados y los vidrios están empañados, baja la ventana– el rubio se logró soltar bajándose del regazo abultado del contrario sintiendo que se le hacía agua la boca cuando lo vio, acomodándose la ropa y el cabello, moviéndose a bajar el vidrio de la otra ventana para que no se viera la marca en las ventanas.

Wooyoung abrió la puerta de la camioneta y los demás subieron tras el, pero cuando el alfa quiso sentarse con ellos en el último asiento que estaba entre ellos Jongho le gruño arrugando su nariz y enseñándole los dientes.

Los demás pusieron atención a lo que había pasado, sorprendidos, a medias, medio lo sospechaban pero no sabían que tan cierto era eso.

San sonrió con gracia y Mingi lo acompañó a sentarse en la fila siguiente de los betas, Jongho quiso gruñir de nuevo jalando a  Yeosang posesivamente de la cintura haciendo que el rubio se achicara contra el sin entender bien porque se sentía tan mareado.

El alfa le gruño fuerte jalando a San hasta estrellarlo en su pecho, San se había asustado con el gruñido tan fuerte del pelinegro y Mingi lo sintió.

♡ Needy ♡ [SAN HAREM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora