Phelps twins one shot

George Weasley - metamorfomaga

Había tenido la peor cita del mundo.

Él había llegado tarde, se había metido con mi físico y se había ido.

Estaba cansada y destrozada. Necesitaba un abrazo.

Volví al castillo en busca de mis mejores amigos, Fred y George.

Me decantaba más por ver al menor. Después de todo, intentaba salir con alguien para olvidarlo a él. Me había enamorado de mi mejor amigo, y no pensaba decírselo.

Llegué a su sala común. Yo entraba siempre sin problemas. Pero sólo en esta y en la mía. Aunque en la mía también entrar para mí era un caos.

Subí hasta su habitación, esperaba verle. O al otro. Yo siempre entraba cuando quería por la confianza. Pero al abrir la puerta, no había nadie.

Bufé y fui a su armario. Sí no me daba un abrazo, me quedaría con su aroma. ¿Y qué mejor que una sudadera marca Weasley?

Tomé la del año pasado. Era gigante. Como él. Me la puse, me venía genial. Ancha y grande pero genial.

Sonreí y di una vuelta sobre mí misma. Pero, algo llamó mi atención en la mesita de noche de George.

Me tumbé en su cama deshecha y empezó a cotillear.

La foto de su primer año con Fred en el tren. La de toda la familia con Harry, Hermione y yo en los mundiales; en esa, George me abrazaba por detrás y yo sonreía. Él y yo cocinando en Navidad, él con la sudadera de Ginny y yo con la de Fred; eso fue una apuesta que hicimos. Otra donde salíamos los tres juntos, ambos me besaban las mejillas, pero Fred, al mismo tiempo, me ponía las orejas. Y la última, yo mirando a la cámara, y él me miraba a mí embelesado; en el Baile de Navidad, cuando decidimos ir como amigos, aunque él me lo pidió de rodillas.

Me quedé mirando la última hasta que oí pasos.

Lo último que se le ocurre a nadie es lo primero que se me ocurrió.

Me transformé en Fred y me tumbé en su cama.

Y fue George quién entró.

- Aquí estás Fred. Te he estado buscando - dijo nada más verme

- ¿A mí?

- Pues claro. Por cierto, ¿estás bien? Te noto extraño.

- Estoy enfermo - mentí

- ¿Por eso no viniste?

- ¿A qué?

- ¿También se te ha olvidado? - George bufó y se sentó frente a mí - Dijiste que vendrías a atemorizar a la cita de Tn. Pero no te preocupes, ya lo hice yo.

- ¿Que hiciste qué?

- Lo encontré yendo a la cita, y le pedí a Peeves que lo asustara un poco. Cuando pensaba salir corriendo, chocó conmigo y lo amenacé. Llegó a la cita tarde, y salió temprano. Tal lo acordado. Espero que no le haya hecho daño a Tn. Si se lo hace, te juro que lo deshueso.

- Es nuestra amiga, así se habla.

- Que raro, tú sin meterte conmigo por gustarme ella.

- ¿Que te gusta ella?

- No te hagas el tonto Fred, ya lo sabes. Ya puedes decir el típico: estás caladito hasta los huesos. O lo de que sería capaz de hacer lo imposible por ella y no por vosotros. Sabes que es verdad.

- ¿Cuando se lo vas a decir? Te ahorrarías tiempo en bromas para sus citas. Y estarías ese tiempo con ella.

- No puedo. Ya lo sabes. ¿Y si me rechaza? - miró al suelo - Arruinaría nuestra amistad.