Cuarenta y nueve años Bajo la Montaña
El viento helado de la Corte Invierno los azotaba sin piedad en esa pequeña colina. Pero no era por eso que Kira estaba temblando. Rhys estaba sentado a su lado con la cabeza hundida entre las rodillas.
Dos docenas de niños. Habían matado a veinticuatro niños de Invierno. Se tragó la bilis que le subió, ya había vomitado tres veces, no lo haría una cuarta. Había cometido muchas atrocidades en las últimas décadas, todas en nombre de la supervivencia de su corte. Nunca algo tan terrible como eso. Se sentía sucia y vacía, el embace perfecto para el monstruo que había anidado en su interior.
Lo que más enferma la ponía era saber que lo que acaban de hacer había sido un acto de piedad. Amarantha quería que los llevasen vivos a Bajo la Montaña pero Rhys les había destrozado las mentes, no habían sentido nada. Luego, pese a las protestas de los que venían con ellos, habían quemado los cuerpos para que no pudiesen llevarlos tampoco.
Mientras el grupo estaba ocupado aterrorizando una ciudad, Rhys y Kira se habían alejado. Ninguno había emitido palabra pero compartían el pesar, esa culpa agobiante. Kira se preguntó, no por primera vez, qué tan podrido tenía que estar el mundo para que la muerte rápida e indolora de veinticuatro niños fuese considerada piadosa.
Sintiéndose completamente entumecida, Kira se movió hasta quedar detrás de Rhys. No les quedaba mucho tiempo antes de que tuviesen que volver pero por esos preciosos segundos, Kira lo abrazó. No había palabras de consuelo para lo que habían hecho, tal vez ni siquiera hubiera absolución para ellos ya, pero se tenían el uno al otro. Con la cara enterrada en la ancha espalda de su amigo, supo que lo que fuese que viniera a continuación, lo enfrentarían juntos.
— ¿Por qué cabezas? —le preguntó Kira a Rhys cuando volvieron de la corte Primavera.
No es que no fuesen a ser efectivas, probablemente hasta más que colgar los cuerpos como ella había sugerido, pero él se había mostrado inusualmente insistente con que fuesen solo las cabezas. Se tomó su tiempo para responder, sirviendo dos vasos de licor y sentándose frente a ella en el sofá.
—Cuando todavía éramos jóvenes, Tamlin y yo fuimos amigos. —Abrió los ojos sorprendida y él le regaló una sonrisa amarga-. Yo estaba entrenando en los campamentos Ilyrios y le conté que mi madre y mi hermana irían a visitarme.
La piel se le puso de gallina, nada bueno podía haber salido de eso. Rhys se terminó el vaso de un trago.
—Se suponía que yo iría a buscarlas pero me entretuve entrenando. —El rostro se le ensombreció—. Tamlin apareció allí con su padre y sus hermanos, todos machos terribles. Me buscaban a mí, estoy seguro, pero solo se encontraron con ellas.
Kira estiró una mano y entrelazó los dedos con los de él, dándole el mayor consuelo que podía. Una de las comisuras de su boca se estiró hacia arriba.
—Mi madre tenía un espíritu feroz cuando se trataba de defender a los suyos pero como era una hembra nunca se le permitió aprender a luchar. Mi hermana era demasiado pequeña para hacer mucho, ni siquiera podía controlar su magia todavía. Las mataron, pusieron sus cabezas en cajas y las enviaron por el río al campamento más cercano. El padre de Tamlin se llevó sus alas como trofeos.
El estómago se le revolvió, iba a vomitar. Tamlin nunca había sido su persona favorita pero, ¿llegar a ese nivel? Le rezó a la Madre porque sus muertes hubiesen sido rápidas, que no las hubiese torturado de ninguna manera.
—Cuando me enteré..., cuando mi padre lo supo... Nos transportamos al borde de la Corte Primavera esa noche, después hicimos a pie el resto del camino hasta la mansión. Yo maté a los hermanos de Tamlin apenas los vi. Les arrebaté la mente, y así, indefensos, los corté en pedazos. Después les fundí el cerebro dentro del cráneo. Y cuando llegué al dormitorio del alto lord..., ya estaba muerto. Y mi padre... había matado también a la madre de Tamlin.
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Rhysand - Bajo la Montaña
FanficAmarantha construye su propia Corte de las Pesadillas en Bajo la Montaña y Kira, la emisaria de la Corte Verano, deberá aprender a sobrevivir en ese nuevo mundo de horrores, donde cada paso o respiración equivocada pueden llevarla a su muerte y la d...