Un Viaje Sorpresivo

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No era la primera vez que estallaba una discusión en la residencia Gallucci; y todo siempre por la misma razón: desacuerdos entre padre e hijo.

- "¿¡Ah, rayos, por qué tenemos que ir!?" - preguntó Gerardo muy molesto. - "¡Ya saben muy bien que detesto ir a ese tipo de fiestas!" -

El que hablaba era un muchacho que tenía el cabello corto en forma de casco y de un castaño tan oscuro que parecía negro; y tenía los ojos de un castaño brillante. También era alto, delgado, llevaba gafas y vestía una camisa azul y un pantalón blue-jean.

-"Porque nuestros amigos nos invitaron a todos; y es una buena oportunidad para que tu madre y yo hagamos negocios" - lo reprimió su padre, el cual cuando se enfadaba se volvía básicamente un ogro - "Se supone que estemos todos, ya que de otro modo, vamos a quedar mal". -

Su padre tenía un poco menos de altura que él; cabello negro corto, y ambos tenían rasgos muy similares; y vestía una camisa a cuadros naranjas y azules y un pantalón blue-jean.

- "Lo siento, hijo" - le dijo su madre, quién era más baja que él; y tenía el cabello rubio oscuro y los ojos azules y vestía un largo vestido de color aguamarina de una sola pieza - "Pero esta vez, tu padre tiene razón" -

- "Sí, Gerar" - dijo su hermana menor, Gabriela. Era una niña de ocho años que le llegaba a su hermano a la altura de los hombros y tenía su mismo color de ojos, pero el cabello le llegaba hasta la cintura; y lo tenía en un tono de castaño más claro. Vestía una blusa blanca y una falda rosa - "Y quién sabe, ¡tal vez nos divirtamos o comamos algo sabroso!" -

- "*suspiro*... Está bien, de acuerdo..." - dijo él mientras suspiraba con amargura - "Visto que no me queda otra opción..." -

Gerardo entonces regresó a su habitación, se cambió la camisa por una similar a la que llevaba su padre, solo que verde en vez de naranja, y regresó con su familia para irse a la fiesta.

Mientras tanto, en otro mundo Inuyasha...

- "¿¡Por qué siempre me tienes que impedir el regreso a casa!?" - le gritó Kagome. Todos estaban en el claro del Pozo Devorador de Huesos y se estaba alistando para ir a casa.

- "¡Porque te necesito para que busquemos los fragmentos de la Perla que tiene Naraku, so tonta!" - le gritó Inuyasha de vuelta.

- "¡A ver si te enteras que tengo una vida al otro lado del pozo, Inuyasha!" - dijo Kagome mientras daba un pisotón en la hierba.

- "¡Cómo si eso mi importara! ¡Además, perdimos mucho tiempo con lo que nos ocurrió cuando bebimos esa agua extraña!" - dijo Inuyasha como si no quisiera recordarlo.

- "¡Pero dijiste que lo habías disfrutado; y que te gustaría repetirlo en otra ocasión! ¡Y no cambies el tema!" - dijo Kagome con una mirada asesina.

- "Parece que no dejarán de pelear nunca" - dijo Miroku en tono de resignación.

- "Es cierto, Houshi-sama. Pero es bueno saber que todavía se aman" - dijo Sango mientras suspiraba, pero luego sonrió y le dio un tono más alegre a las palabras mientras las decía.

- "Sí, pero Inuyasha aún sigue siendo un tonto" - dijo Shippou.

- "¿¡Cómo me dijiste, enano del demonio!?" - gritó Inuyasha furioso mientras corría hacia él.

- "¡Aaaah! ¡Kagome, ayúdame! ¡Inuyasha me va a matar!" - gritó Shippou mientras derramaba lágrimas de cocodrilo.

- "Inuyasha... ¡ABAJO!" - dijo Kagome; y enseguida el rosario de Inuyasha lo arrojó al piso.

Entrelazado de DestinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora