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"... Confiarse de la gente que quieres es de vital importancia en este procedimiento, ellos pueden ayudarte a cambiar esos hábitos perjudiciales para tu salud, esas personas importantes para ti motivan el cambio, ellos serán tus mejores aliados..."

De tantas veces de haber leído el párrafo de mi libro ya lo había memorizado con la idea de mentalizarme para lo que estaba a punto de hacer.

— Ya no creo que sea tan buena idea

Max avanzó hasta ponerse a mi lado y me sujetó de las manos, dándome un leve apretón.

—No, no, haz llegado muy lejos, puedes hacerlo.

Traté de convencerme de que mi hermano tenía razón, pero es que... Tenía tanto miedo, una pequeña parte de mi esperaba que Ash no viera mi mensaje o que alguna de las chicas estuviera ocupada y ahora que el celular había comenzado a vibrar en mis manos la ansiedad se apoderó de mí.

—Contesta tú — Prácticamente le aventé el teléfono a mi hermano, Max trató de devolvérmelo, pero volví a regresárselo.

Entre el forcejeo alguno de los dos apretó el botón para contestar, pero no nos dimos cuenta hasta que vimos a Ash del otro lado de la pantalla

Mi amigo estaba tratando de apoyar su celular en alguna parte frente al sofá, dónde Misty y Dawn estaban sentadas.

Mi hermano y yo nos enderezamos rápidamente.

—¿Max? ¿May? — Preguntó Misty, tenía el cabello suelto y un bonito overol azul.

A su lado, distinguí el brillante cabello azul de Dawn balancearse en una coleta alta, estirando el cuello para ver mejor, tenía un vestido rosado y descubierto de las mangas.

—Pero, Max, ¡Mírate! No has cambiado nada — Dijo la pelinaranja, con una sonrisa.

— Solo ha pasado poco más de medio año — Se quejó mi hermano.

Escuché de fondo como Ash soltaba un grito de victoria cuándo logró estabilizar su celular, retrocedió para colocarse en el sofá, en medio de ambas chicas.

Bufé como respuesta ante la actitud de mi hermano, así que imité a Ash y dejé el celular en la mesita de vidrio frente a nosotros.

—¿Nos pueden ver bien? — Preguntó Max.

—¡Si, se ven perfectamente! — Respondió Ash — ¡Qué sorpresa Max! Hacía mucho tiempo que no los veía juntos.

Max se rascó la cabeza.

— Solo han pasado unos cuántos meses, no es para tanto... — Susurró

Dawn infló las mejillas mientras que Misty se cruzaba de brazos.

—¡Si que lo es! — Repuso — Tan solo mírense, Max luce mucho, bueno, un poco más alto y May, bueno... May, no te ves nada bien.

En cuanto Dawn mencionó mi aspecto Misty abrió los ojos, se sujetó del sillón para levantarse y apoyar sus rodillas en el suelo, avanzó en dirección hacía el celular y lo sujetó con atención, como si quisiera ver más allá de la pantalla que nos separaba.

De forma instintiva, me escondí un poco detrás del hombro de mi hermano, quien, para mi desgracia, trató de ponerme al frente.

 —May — Me llamó.

Ay no, conocía ese tono perfectamente.

Cerré los ojos, esperando la bomba.

— ¡Solo mírate! Estás mucho más delgada, estaría indignada si no supiera que ni a Ash le respondes los mensajes.

La Florería De La CuadraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora