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En lugar de mi alarma, fue mi cuerpo acalambrado exigiendo cambiar de posición lo que me despertó.

No estaba desorientada, sabía perfectamente dónde estaba y no me sentía cohibida por ello.

Me di la vuelta sobre el costado hasta que pude ver la luz del sol relucir en todo el lugar, debido a eso, deduje que como mínimo había perdido buena parte de la mañana y que era momento de levantarme.

Me recargué del codo y alcé el torso para enfocar el pedazo de papel doblado en el asiento vacío dónde había dormido Drew.

Me froté los ojos y me estiré de forma perezosa para sujetar el papel y leer su contenido.





Dejé las llaves en la mesa para que puedas salir y cerrar, deslízala debajo de la puerta trasera del local.

Nos vemos por la tarde

Por cierto, ¿Sabes lo mucho que me costó desactivar todas tus alarmas?





Torcí la boca.

¡Le gustaba exagerar las cosas! Lo más probable es que el peliverde hubiera pausado mi alarma de manera involuntaria y por ese motivo no había dejado de repetirse en bucle, la imagen del chico apretando los botones al azar y desistiendo derrotado de sus intenciones mientras yo estaba muerta como una roca me hicieron sonreír.

Ojalá hubiera estado despierta para verlo.

Dirigí los ojos hacía el sofá, recordando la imagen tan serena de Drew, esperaba que al menos hubiera podido descansar un poco.

Me puse de pie de un salto y salí del departamento, debía poner manos a la obra porque me esperaba un día ajetreado.

Hice exactamente lo que Drew me había indicado al salir, la calle estaba llena de gente, pude percibir el ruido de los locales, de las charlas y algunos olores familiares y deliciosos que me indicaban que la hora de comida estaba cerca.

Hice la menor cantidad de ruido al llegar a mi departamento, comprobé que Max estaba completamente dormido con el cuerpo contorsionado entre las sábanas y con una caja de pizza en la mesa de noche a medio comer, no quería perturbarlo así que saqué mis cosas de la habitación para tenerlas preparadas, de esa forma podía agilizar el tiempo y aprovechar de hacer limpieza general en vista de la ocasión especial.

Reorganicé la alacena, moví los muebles para un aseo más profundo y hasta los limpié para quitar el polvo, me di a la tarea de reparar la ropa que Max había dejado a la vista y la metí en dos tandas a la lavadora.

Dejé todo tan impecable que me sentí incómoda de desentonar con el entorno, la ducha hizo su trabajo refrescándome después del bochorno provocado por el esfuerzo de limpiar, sin embargo, tuve que ponerme la misma ropa para no ensuciarme al preparar la comida, el esfuerzo me había dejado con una buenas ganas de comer algo rico.

Del refrigerador saqué zanahoria, col y carne que sofreí con salsa de soja, algo de sal y vinagre de arroz, usé unas hojas de papel de arroz para hacer unos rollitos tipo vietnamitas y decidí acompañarlo todo con arroz blanco y una sopa de fideos con espinaca.

Me quedé sentada en la cocina, disfrutando de mis alimentos y repasando las cosas que no debía olvidar en el día, incluyendo claro, los presentes de Drew y de Rod, que ya estaban envueltos y previamente guardados en una bolsa junto a mi ropa para no olvidarlos, me cerciore una vez más y después de ver la hora, decidí que era momento de ponerme en marcha para comenzar a montar la mesa de postres.

La Florería De La CuadraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora