Capítulo 13

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. •. Joven Rusia •.
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—- Hela -—
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Antes de ser la ama de llaves de la residencia del Joven Rusia, ya llevaba tiempo trabajando con su familia por tres años, con el mismo puesto.

La familia siempre fue muy unida, las señoras de la casa eran unas damas amables y bondadosas, algo que les inculcaron bien a sus hijos adoptivos.

Ucrania siempre fue el más travieso e inquieto, directo y sin pudor, claro, siempre por los limites del respeto.

Alemania, el, el era el mas coqueto y aventurero de todos, inteligente y a veces solapaba as travesuras de Ucrania. Tenia su lado divertido, pero sabiendo que por delante estaba la familia y el trabajo.

Y que puedo decir del joven Rusia...

Es un tipo muy complejo.

Lo conocí a los 18 años, él era, el más cerrado de todos, sin embargo, el mas amoroso y se preocupaba por todo, aun lo hace, eso no se le ha quitado. Recto y productivo, con un carácter maduro. Siempre lo veía haciendo cosas, si no era la escuela, era su proyecto secreto, los fines de semana desaparecía, eso era algo raro a mi perspectiva. Después me entere que iba a terapias con su psicóloga de años. Nunca había presentado, ni traído a casa a una novia o un novio como los otros pilluelos de sus hermanos, supongo que no le alcanzaba el tiempo para eso.

Y como le encanta ayudarme en la cocina, tiene mano para eso desde siempre.

Era un viernes como cualquier otro, yo preparaba el desayuno de la familia. Dejé en el sartén mi gran mezcla de homelet esponjoso a flama baja, recogí todo el monto de trastes y me puse a lavarlos.

A los pocos segundos escuché la tapa removerse, solo negué con la cabeza riendo.

— ¿Qué le esta agregando a la mezcla joven Rusia? — me gire rápidamente secando mis manos en mi mandil.

El joven Rusia dio un brinco sorprendido, a veces sus expresiones serias se tornaban a las de un niño desamparado. Este era el caso, solo que con asombro en sus ojos.

— Hela — se quejo —Pensé que no me escuchaste.

Me cruce de brazos viéndole divertida — ¿Qué le estabas modificando eh?

Se encogió de hombros, parecía un niño admitiendo su travesura. Me acerque al sartén y revise la mezcla, parecía un panque gigante gratinado y olía bien.

— El queso mozzarella le viene bien — se acercó al lavabo para enjaguarse las manos. Elevo las comisuras de los labios a modo de disculpa.

— Esto ya quedo — apagué la estufa y me dispuse a sacar los platos, cuando me di cuenta Rusia ya estaba sirviendo el jugo de naranja.

Detrás De Las Sombras ||RSMX|| 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora