O N E

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Capitulo 1

Déjame en paz, Camilo.

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「 Pov Nᥲrrᥲdorᥲ 」

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Habías llegado al fin a la fuente que simbolizaba el centro del pueblo, suspiraste aliviada de que por lo menos habías cumplido algo de lo que te dijo la señora Madrigal.

Ahora faltaba encontrar al nieto de la señora; pero solo recordabas que llevaba una camisa blanca, con una tal cosa amarilla. Ya ni sabias el nombre como para intentar buscarlo en tu teléfono.

Luego recordaste que no tenias suficiente batería, ni había internet en ese pequeño pueblo así que se te pasó.

Mirabas a todos lados algo tímida y nerviosa por toda la gente que había en ese lugar a esta hora, la mayoría te veía algo raro por tus vestimentas, pues todos llevaban sus ropas del pueblo y tu solo tenias tus (jeans/shorts/falda) y tu (camisa/blusa/sudadera).

 Intentando buscar  al tal Camilo, solo te confundía el hecho de que la mayoría (por no decir todos) usaban camisas blancas pero solo unos pocos llevaban cosas amarillas.

Observaste que por la fuente habían algunos niños jugando entre si, sonreíste un poco por su juego. 

— No estaría mal escribir un rato aquí. —te dijiste a ti misma, buscando una banca cerca de la fuente para seguir observando a los niños. De cierta manera te alegraba ver que la señora Madrigal tenia razón sobre la seguridad que había en el pueblo; los niños no parecían que tuvieran padres velando su seguridad.

Sacaste tu laptop de tu mochila junto con tu refresco, abriste la laptop y comenzaste a narrar el comienzo de tu historia por vigésima vez quizá.

Mientras lo hacías, no podías parar de dar vistazos furtivos hacia los niños; de cierta manera, aunque no te gustara mucho los niños, te ponía feliz su despreocupación para jugar libremente, pero tiempo después solo te hundiste en tu narración para hacerla perfecta y consistente. Después de todo de ese libro dependía tu entrada a la universidad que querías.

Sacaste tu celular y con lo poco que tenias de batería querías sacar una foto al paisaje. Si ese lugar te estaba inspirando ¿por que no llevarla en tu teléfono?. Pero mientras observabas la pantalla de tu teléfono, viste como uno de los niños de repente había crecido, así completamente de la nada.

Separando tus ojos del celular algo asustada, viste como había un chico afro castaño alto en lugar de un niño, llevaba una camisa blanca y una cosa rara (o poncho en tu país) encima de color amarillo

Ese era, el tal Camilo Madrigal. No tenias pruebas pero tampoco dudas.

Sus miradas se encontraron. El tenia una sonrisa boba en su rostro por tanto jugar, mientras que tu lo mirabas sorprendida, tragaste saliva y miraste hacia otro lado algo incomoda. Cerraste tu laptop y la guardaste, agarraste tu refresco que aun no habías abierto y te dirigiste hacia el.

Disculpa ¿Eres Camilo? —le preguntaste, con la esperanza de no sufrir una vergüenza publica.

Depende de que tal Camilo busques. —te contesto juguetón. 

Oh no, ya sabias a donde iba esto. No te agradaba esa gente que era juguetona y relajada. Bueno... tu eras una vaga de vez en cuando, pero en tus estudios y los asuntos importante eras 100% seria.

Afuera, En La Realidad •• Cɑmilo Mɑdrigɑl y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora