Día 11: construcción del nido

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Pareja: Jaward
Jarvis alfa/ Howard omega

Jarvis comenzaba a asustarse, había bajado hace un par de horas al cuarto de lavado dispuesto a lavar su ropa y la de su esposo, dejó la ropa en un cesto y tomó otro dispuesto a buscar las prendas que su travieso Omega dejaba tiradas por doquier, pero, al volver, la ropa se había ido, creyó haberla dejado en otro punto de la casa, así que se dirigió hacia allá, cuando llegó no encontró nada, pero al volver al cuarto de lavado, el otro cesto de ropa había desaparecido, asustado, corrió a buscar a Howard, su lobo se lo exigía.

Entró de forma violenta a la habitación dispuesto a acabar con cualquiera que se atreviera a dañar a su familia, pero lo único que encontró fue a su tierno esposo totalmente desnudo y rodeado de toda su ropa.

No pudo evitar sonreir como idiota

-¿Amor?

Howard se talló los ojos somnoliento, estaba bastante cómodo, el aroma de su alfa lo calmaba al punto de arrullarlo

-¿Qué?

-¿Qué haces?

-Duermo, ¿qué no ves?

Negó con una gran sonrisa, no importaba la situación o el humor, Howard siempre sería Howard

-¿Puedo entrar?

Sabía lo recelosos que eran algunos omegas con sus nidos, pero ni bien terminó de preguntar cuando Stark golpeó la cama para que lo acompañara.

Con cuidado, Jarvis se acomodó junto a él, le fue inevitable llevar una mano al vientre por demás abultado.

-Hola cachorro, espero que estés bien, ¿hoy ya te dije cuánto te amo?

Howard sonrió poniendo su mano sobre la de su esposo, sin duda su Tony crecería lleno de amor.

-Será el niño más consentido del mundo

Edwin asintió de acuerdo, aún no nacía su bebé y ya lo amaba demasiado

-¿Crees que le moleste si lo saludo?

Howard echó a reír de forma escandalosa, pero ¿quién era él para negarse a una ronda de sexo?

-Dale mis saludos también

Tras una sonrisa cómplice, el alfa se deshizo de sus ropas dispuesto a complacer a su Omega que cada día le parecía la criatura más hermosa y sexy del mundo.

Además, debía gozar esos últimos meses cuando aún podía hacer gritar a su esposo, cuando llegara su cachorro debían ser más silenciosos.

All's well that ends well Donde viven las historias. Descúbrelo ahora