All's well that ends well

Día 26: Anidados

Pareja: Jaward
Howard omega/ Jarvis alfa

Continuación del corto anterior

El embarazo fue difícil, Edwin tuvo que dormir en el sofá incontables veces, algunas abrazado de su Omega y es que, Howard tenía calor por las noches, echaba al alfa de su cama y cuando este se iba, tenía frío, así que ambos terminaban en el sofá.

Ni hablar de los cambios de humor o las comidas extrañas que Jarvis debía cocinar para Howard.

Pero todo ello había valido totalmente la pena, ahora tenían a un tiento y hermoso cachorro de enormes ojos cafés y pestañas risadas.

Su pequeño Tony era todo un poema, con las mejillas rosadas y esa mata de cabellos chocolates, era toda una ternura, si debían calificarlo en solo una palabra sería perfecto.

Tanto alfa como omega estaban endiosados con su cachorro, no había momento en que se perdieran una sola de sus respiraciones.

Grababan cada momento del tierno bebé.

-¿Puedo pasar?- Peggy había querido conocer a su sobrino, pero Edwin le había advertido que Howard no quería a nadie cerca, que se la pasaba en su nido todo el día contemplado a su Tony

Jarvis enseguida se levantó del nido antes de que Margaret entrara, no quería a su Omega disgustado todo el día.

-Será mejor que no- dijo abriendo un poco la puerta, lo suficiente solo para ver a la alfa con una expresión triste, ella realmente quería conocer a su sobrino

-Pero ya han pasado dos semanas, quiero conocerlo

-¡Espera en la sala!

Gritó Howard dispuesto a enseñarle al mundo su mejor creación.

Eso fue suficiente para que Carter sonriera y fuera hasta el lugar indicado

-¿De verdad la dejarás ver a nuestro cachorro?

-Si, todo el mundo debe admirar al bebé más hermoso del universo- el travieso bebé emitió algunas risas- pero nadie puede acercarse al nido.

Edwin los abrazó regresando a sus dos amores a la cama llena de ropas.

-¿Qué haces, Peggy nos espera?

-Ya esperó dos semanas, puede esperar unas horas más

El bebé se apagó a su padre omega y este a su vez al alfa, ese era su pequeño lugar en el mundo, uno donde los tres eran felices, dónde nadie podía perturbarlos.