Joaquín:
Tres meses más tarde ...
El semestre de primavera estaba a mitad de camino y Joaquín ya estaba listo para el día de graduación. Por supuesto, el futuro estaba lleno de incertidumbres más allá de ese punto, pero estaba listo para terminar con el pasado y seguir adelante.
Había estado dudando acerca de asistir a Aberdeen desde Navidad. El programa de posgrado era excelente y él había querido trabajar con el Decano de la escuela de Trabajo Social desde que era estudiante de primer año, pero la idea de estar tan cerca de los hermanos Collins era demasiado para soportar.
Joaquín había pensado que evitar a Jared ya era bastante malo, pero no era nada comparado con el dolor en su corazón que le habían provocado unos pocos días con Emilio.
Si había tenido alguna duda en su mente antes, estaba comprometido recientemente a mantenerse alejado de los alfas, y cualquier cosa más profunda que una aventura de una noche, para el caso.
Conocía a otros omegas que solo se acostaban con betas aunque no fuera su preferencia natural, y ahora lo entendía.
Dormir con el alfa equivocado era más peligroso que la pendiente más empinada en las colinas más profundas de Vermont, y se había lanzado de cabeza por esa pendiente sin pensarlo tan siquiera.
Renata lo había acribillado con preguntas sobre ese fin de semana la siguiente vez que habían hablado por teléfono, pero todo lo que había podido soportar decirle era que era algo que había ocurrido una sola vez y que nunca volvería a suceder.
No necesitaba saber que él felizmente habría permitido que se convirtiera en algo a largo plazo, si el alfa no hubiera matado toda esperanza.
Desde entonces, Joaquín se había dedicado aún más a sus estudios y su pasantía a tiempo parcial. Sabía que tendría que encontrar trabajo para pagar las facturas entre la graduación y el comienzo de la escuela de posgrado, pero estaba tomando las cosas día a día.
Joaquín tenía una amiga en Colchester que estaba buscando contratar a alguien para que manejara su negocio de kayak durante la temporada de primavera, pero ese era el último recurso.
Por mucho que extrañara a su familia, lo conocían demasiado bien como para arriesgarse a estar tan cerca. La ruptura con Jared había dejado su corazón fuera de servicio, pero esto era algo completamente diferente.
No tenía sentido. Apenas conocía a Emilio y, sin embargo, su dolor de corazón había adquirido un componente físico. Había faltado a tres clases esa semana solo debido a ataques repentinos e intensos de náuseas y no había explicación en la que pudiera pensar más que la ansiedad relacionada con sus proyectos de mitad de período.
Incluso su pasantía estaba empezando a sufrir por su mala salud.
Finalmente había concertado una cita con la enfermera del campus esa tarde a instancias de su asesor y, mientras esperaba el veredicto en un nuevo rollo de papel arrugado, no pudo evitar que sus pensamientos divagaran.
Últimamente había estado inusualmente despistado. Al menos las vacaciones de primavera se acercaban pronto y podía contar con unas vacaciones reales.
Renata lo había invitado a ir a la casa del lago con ella y Cole, y ella le había prometido que esta vez no haría de casamentera, pero Joaquín no estaba seguro. Su gemela lo conocía mejor que nadie y se sintió humillado al admitir cuán duro y rápido se había enamorado de Emilio.
Además, sabía que si le decía la verdad, ella se pondría furiosa como una hermana mayor protectora y probablemente trataría de ponerle la cabeza al chico en una pica.
