Rewrite the stars | Omegaverse

Episodio 4

¡¿Qué?! ¡¿Papá hizo qué?!

Una llamada telefónica, una competencia terminada y una muy mala noticia. Reki seguía en la llamada y con su madre al otro lado de la línea, las lágrimas comenzaron a caer por sus blancas mejillas y sentía un enorme dolor en el pecho.

- Tu papá... Decidió no vivir más - habló su madre al otro lado de la línea, entre sollozos y con la voz quebrada - el ser despedido y la falta de dinero le afectó demasiado... Tanto que... Se quitó la vida. Fuí a comprar algo en el supermercado con el poco dinero que tenemos y cuando regresé a la casa... El ya estaba muerto.

- N - no... No... ¡No! - inmediatamente Reki empezó a llorar y su voz se quebró ante tan impactante noticia - ¡Papá no puede estar muerto! 

- Lo siento hijo - la mujer seguía hablando entre sollozos - a mi también me gustaría que fuera una mala broma... Hablaremos de esto cuando llegues a la casa.

La llamada se terminó. Reki se dejó caer de rodillas al suelo, mirando el teléfono y dejando caer las lágrimas al suelo. Su corazón sentía un enorme dolor, deseaba que todo se tratase de una pesadilla horrible.

- Papá murió... - habló consigo mismo entre lágrimas - y mamá tampoco logra conseguir un trabajo... Mi sueldo con el empleo de medio tiempo apenas alcanza para pagar mi universidad... No sé que haremos ahora...

- Yo puedo ofrecerte una solución - una voz interrumpió los pensamientos de Reki, con tan sólo escucharla ya sabía de quien se trataba - pero a cambio tendrás que aceptar casarte conmigo...

Reki despertó de golpe luego de esa horrible pesadilla. No podía superar la muerte de su padre, ese recuerdo aún lo perseguía en sus pesadillas. A pesar de que después de un año su madre pudo obtener un empleo y vencer los problemas económicos la ausencia de su padre aún le generaba una sensación de tristeza y vacío... En especial cuando en dos días se cumplían cinco años desde aquel trágico suceso.

Durante el desayuno con su esposo Reki se veía bastante decaído y triste. Ainosuke notó esto pero en lugar de preguntarle si estaba bien o tratar de consolarlo le dijo de manera no muy agradable que simplemente debía olvidarse de todo eso y enfocarse en su matrimonio.

- ¿En serio sigues con eso? - el alpha cuestionó de manera un tanto hostil - ya pasaron cinco años desde eso, no sé por qué no lo superas de una buena vez - bebió un sorbo de café - eso no es nada comparado a mi apretada agenda. Me tengo que levantar temprano, lidiar con gente desagradable y salir a viajes de negocios, y aún así paso tiempo contigo... Deberías agradecerme eso. Además, gracias a eso conseguiste un alpha adinerado que te ama, dudo que hayas conseguido a alguien mejor que yo de no haber sido porque tu padre murió y tu familia estaba en bancarrota.

- Tienes razón - el omega agachó la mirada - lo siento, trataré de no pensar en eso...

- Espero que no lo hagas, no quiero que el ambiente romántico entre los dos se arruine por estas cosas.

El alpha terminó su desayuno, se levantó y fué a la habitación a buscar sus maletas antes de irse.

- No me esperes aquí al menos dentro de una semana. Estaré ocupado con los negocios así que no me llames ni me escribas.

- Está bien... Que te vaya bien mi amor - el omega se despidió de su alpha antes de que este se fuera.

El omega terminó de lavar los platos y limpiar la mesa. Tomó su teléfono y se dejó caer encima del sofá.

Nuevamente volvió a pensar en lo que había pasado hace cinco años, aquel recuerdo que aún lo perseguía volvió a pasar por su mente haciendo que algunas lágrimas se escapen de sus preciosos ojos y caigan por sus suaves mejillas, además de soltar algunos sollozos... Realmente extrañaba a su progenitor.

Trató de no pensar en esa clase de cosas al recordar lo que Ainosuke dijo... Tal vez tenía razón, debía dejar de pensar en cosas del pasado y centrarse en el ahora. Tomó su teléfono para tratar de evitar esos pensamientos; se asustó al ver un mensaje de un número desconocido pero al darse cuenta de que se trataba de Langa se sintió más tranquilo. El chico le pedía verse una vez más y platicar un poco, no sabía si aceptar así que le dejó su respuesta y hasta ahí se quedó su conversación con el chico de mirada zafiro.

Regresando a su bandeja de entrada, revisó sus mensajes sin leer y entre esos había uno del asistente de su marido, en el que le decía que nuevamente se enteró que su alpha planeaba un "escape nocturno" con una omega. No era nada nuevo, era la décima tercera vez en el mes que le decía eso y dudaba si lo que aquel beta decía era cierto... Nuevamente decidió no creerle y fingir que no había leído nada.

El pelirrojo se disponía a dejar de lado el teléfono para hacer las labores domésticas, hasta que le llegó un mensaje de Langa...