Episodio 26

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En las madrugadas cuando no puedes dormir por preocupaciones te miré y le juré al cielo que hasta que no alcancemos ese lejano sueño no soltaré tu mano.






Dos meses habían pasado desde la elección del nombre de su  hija, cada vez faltaba menos para el nacimiento de la pequeña Hiyori, esto emocionaba muchísimo a Langa pero al parecer a Reki no tanto. O bueno, no es que no le emocionara la idea del nacimiento de la bebé pero, sino que le preocupaba la idea de no poder ser lo suficientemente bueno para ella y Langa, temía que este lo dejase de amar o alguna cosa así.

Langa sabía de algunos de estos pensamientos de Reki y hacía todo lo posible para que Reki se de cuenta que el realmente lo ama y no piensa dejarlo ir ahora que por fin ya lo tiene entre sus brazos.

Cierta noche mientras Reki aún se mantenía despierto por todos esos pensamientos que rondaban por su cabeza Langa miraba el oscuro cielo buscando algún tipo de respuesta para hacer sentir mejor a su prometido.

- No sé si estés viéndome desde algún lado, padre - Langa hablaba entre susurros mientras miraba al cielo - pero te prometo que haré bien las cosas con Reki. Incluso tendremos una hija, ¿lo sabías? Bueno, si no lo sabías ahora lo sabes. Seremos una feliz familia y mientras yo esté aquí no dejaré que nada les pase.


Langa dejó de mirar el cielo nocturno cuando escuchó que Reki lo llamaba enre susurros. Se alejó de la ventana y volvió a recostarse al lado de su amado pelirrojo.

- Volvieron... Esos pensamientos regresaron... Langa... ¿Aún me amas? ¿No te has aburrido de mi?

- Jamás lo haría - el alpha besó tiernamente los labios de su omega, obviamente esto se debía a los constantes cambios de humor de Reki pero aún así sabía que debía estar siempre a su lado - de otro modo no te hubiera pedido que te cases conmigo, ¿no es así?


Gracias a esto Reki volvió a recuperar su radiante sonrisa de siempre. Regresó a los labios de Langa y volvió a perderse en ellos, embriagandose con su suave aroma y sintiéndose en el paraíso.

- Muchas gracias por eso - sonrió - siempre sabes qué decirme para hacerme sentir mejor.

El tiempo con Langa era hermosamente indescriptible. Su corazón latía con velocidad y sentía que su mundo se detenía, era un sentimiento tan hermoso que le alegraba compartir con Langa.



El lunes se había hecho presente, Langa estudiaba mientras Reki se quedaba en casa junto a su madre y dos de sus hermanas (a quienes, por cierto, les agradaba la idea de ser tías). La tarde era agradable, Langa no tardaría en llegar, cuando sin previo aviso el teléfono de Reki sonó. El pelirrojo se sorprendió un poco al ver de quién se trataba pero al suponer que se trataba de algo importante decidió contestar.


- ¿Tadashi? ¿Por qué estás llamando me ahora? - Reki cuestionó y no obtuvo respuesta por unos segundos. La voz de Tadashi se escuchó hasta después de unos segundos.

- Seré totalmente honesto. Ainosuke sama sabe de la orden de restricción pero quiere saber de ti, me pidió que te llame como última tarea antes de dejarme renunciar.


El pelirrojo suspiró profundamente, no era algo que se veía venir pero estaba un poco harto de todo eso. Es verdad que aún mantenía esa orden de restricción pero no esperaba que trate de llegar a el de esa manera.



- Sólo dile que estoy feliz con Langa. Que estoy por casarme otra vez y que tendré una hermosa hija, que por fin estoy comenzando a ser feliz con mi vida y que por favor no me moleste.

Reki estaba por colgar pero ciera confesión de Tadashi lo hizo qiedarse al otro lado de la línea.

- ¡Me acosté con el mientras aún estaban casados! - hubo silencio, luego de esa larga pausa prosiguió - lo amaba y cuando se me presentó la oportunidad de hacerlo con el no lo dudé ni por un segundo. Me sentí tan culpable después de eso así que comencé a mandarte mensajes comprobando su infidelidad, de verdad lo siento.

- ¡Perfecto! Una razón más para no volver con el - el pelirrojo colgó la llamada.




Tadashi estaba algo frustrado, más cuando cerca suyo estaba Ainosuke esperando una respuesta. Tadashi lo miraba con tristeza, le contó lo poco que le había dicho Reki y preocedió a irse, no sin antes agradecer a su ahora ex jefe por tantos años trabajando con el, le volvió a decir que lo amaba y se fué para nunca más volver.

- Esa perra sinvergüenza - Adam se quejó - no tuvo la decencia para tan siquiera guardar luto por su anterior relación. No esperó nada, ahora se va a casar con ese imbécil... Y tendrán una hija, es tan jodidamente injusto.


Nuevamente sentía que se había quedado solo, había perdido a su asistente y a su esposo por las cosas que hizo y pensó que no tendrían consecuencias. Ya no podía hacer nada por Reki ni recuperarlo así que simplemente se resignó y esperó a que el karma le cobre tantos años en los que trató tan mal a quien probablemente fué la persona que más lo amó en toda su vida...























































Rewrite the stars | Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora