Hola polluelos, cuanto tiempo... se que he tardado mucho en actualizar... pero estamos en las últimas semanas de clase y tengo mucho trabajo en la universidad. Pero bueno, para compensar os traigo este capitulo TAN especial (por lo menos para mi). No digo mas, disfrutad!! <3
LOGAN
No quiero dejar de besarla. Nunca. Los labios de Melissa son lo único que me mantiene en pie ahora mismo. Que me haya preguntado a ver si puede besarme me ha puesto cachondo. Nunca nadie me había preguntado algo parecido. Y sinceramente, el consentimiento es muy sexy. He perdido la cuenta de los minutos que llevamos apoyados sobre la pared de mi coche, besándonos. Pero no quiero parar. Sus besos son como droga para mi sistema. Podría quedarme a vivir en sus labios y, lo mejor de todo, es como si nuestras bocas estuvieran hechas la una para la otra.
Al principio han sido besos más tiernos, llenos de silencios y suspiros. Una sonrisa cómplice y mutua nos ha separado durante menos de dos segundos antes de tenerla pegada a mi otra vez. Mis manos sobre sus caderas, agarrándola con delicadeza me piden más. Su respiración me pide más.
Melissa mueve su cuerpo para pegarse más a mi, y demasiado nunca será suficiente entre ella y yo. Quiero pegarme a ella y no despegarme jamás. Quiero sentir su piel sobre la mía, acariciando cada detalle de su cuerpo, conociendo cada rincón y memorizando cada lunar.
El beso se ha intensificado y sus manos han pasado a rodearme el cuello, entrelazando los mechones de mi pelo entre sus dedos. No me hagas eso Melissa, ahora no, por favor. Mi autocontrol me está gritando auxilio y no sé cuanto más tiempo voy a poder aguantar sin atacarle el cuello. Ganas no me faltan, eso desde luego. Pero no quiero eso, con Melissa no. Es casi un milagro que nos hayamos encontrado después de un año y está vulnerable, acaba de confesarme uno de sus secretos más íntimos y no es momento de ponerme a pensar cerdadas. A pesar de que por mi mente no paran de aparecerse todas las cosas que quiero hacer con ella.
—Flor... —digo, susurrando sobre sus labios. —Es tarde, creo que tenemos que irnos.
—No, no quiero —casi suplica ella.
—Créeme si te digo que estoy haciendo uso de toda mi fuerza de voluntad, pero serán casi las tres, tenemos que dormir.
—Aguafiestas —hace un mohín con los labios. Y eso me parece tierno, muy tierno. Tanto que me han entrado más ganas de seguir besándola. El tacto de sus dedos sobre mi cuello es electrizante. Está jugando con los mechones más largos y, cada vez que su piel roza la mía, solo quiero apoyarla más fuerte contra el coche, pegarme a ella y enseñarle todo lo que provoca en mi.
Dios, Logan, contrólate.
—Tenemos todo el verano —susurro sobre su cuello. Y con la mano que separo de su cuerpo, alzando a abrir la puerta del copiloto para invitarla a entrar al calor del coche. Es muy tarde y aunque estemos en verano, a estas horas las temperaturas bajan un poco. Y dudo mucho que una falda y una camiseta blanca abriguen mucho.
Por cierto, no os he hablado de la falda. Un elemento de tortura para mi cordura. La persona que la diseñó pensó en volverme loco. Sobre todo porque cuando la he visto aparecer con ella he tenido que contener la respiración. Amarilla y con una apertura a un lado que deja sus exquisitas piernas al descubierto a un lado, esas piernas que he comprobado que son más suaves que el terciopelo.
He rodeado el coche hasta llegar a la puerta del conductor, y antes de abrir la puerta compruebo que Melissa ya está trasteando con la música del coche. Una pequeña risa escapa de mis labios y con un suspiro abro la puerta armándome de valor para volver a encontrarme en un espacio pequeño con ella. Algo que os parecerá una estupidez, pero estar cerca de ella es tan divertido como difícil. Difícil para mis sentidos, que deciden montarse una fiesta cada vez que su mirada se posa sobre la mía. No se si son sus ojos o la forma con la que me mira, en ambos casos son jodidamente increíbles.
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Sempiterno(1) {terminada} PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO
Novela Juvenil[LIBRO AUTOCONCLUSIVO] Melissa tiene 21 años y vive en Barcelona. Logan tiene 22 años y vive en Madrid. No se conocen pero se sienten. No se han mirado pero se ven. No se han encontrado, o ¿tal vez si? No se recuerdan, pero lo harán. Una isla, un...