8 años después del epílogoMELISSA
Vuelvo a estar tumbada sobre una superficie blandita y cómoda. Abro un ojo y la luz del sol me ciega desde el hueco por donde se cuela entre las cortinas que se mueven con la brisa del mar. Giro mi cuerpo como puedo para quedar de espaldas a la luz y seguir durmiendo un ratito más. Pero se me complica la tarea, y en ese momento, soy plenamente consciente de donde me encuentro, y quien me acompaña al otro lado de la cama.
Extiendo mi brazo con cuidado, para acariciar esos mechones de pelo rizado que caen por la almohada y cuelo mis dedos entre los rizos.
—Buenos días, Flor —escucho una voz masculina a mi espalda, y da igual cuantos años pasen, siempre sentiré que mi corazón se encoge ante el sonido de su voz. Giro mi cara para mirarlo a los ojos, y vuelvo a quedarme atrapada, como tantos años llevo haciendo ya, en el verde de sus ojos. Logan está de pie, junto al marco de la puerta recostado sobre su hombro y los brazos cruzados, iluminando su cara con una de sus sonrisas más naturales.
Le ha crecido la barba y ahora lleva el pelo mucho más corto. Aunque sus rizos siguen intactos y desordenados sobre su frente. Los años le han sentado de maravilla. Me vuelvo hacía el cuerpo que tengo a mi lado y veo como poco a poco va abriendo los ojitos.
Sin duda ha heredado el verde de su padre.
Dalia me mira con sus enormes ojos, enmarcados con unas pestañas rizadas y largas. Bostezando antes de estirar sus pequeños brazos por encima de su cabeza. Logan se ha movido hasta quedar junto a ella en el lado de la cama y la coge en brazos mientras un amigo peludo ocupa su lugar en la cama. Lamiéndome la cara y olisqueando todo a su alrededor.
—Ven aquí, florecilla, vamos a dejar a mamá dormir un poco más. ¿Vale? Tiene que descansar para que tu hermano nazca grande y fuerte —dice Logan agachándose para darme un pequeño beso en los labios. —Dale un beso a mamá, Dalia.
Logan y mi hija desparecen por la puerta, y cuatro patitas le sigue por detrás meneando la cola.
Jamás en mis 34 años de vida me habría imaginado una tan perfecta... Despertar a diario junto a mi marido, sabiendo que mi preciosa y pequeña hija duerme en la habitación de alado mientras es vigilada por nuestro primer hijo peludo: Cassian.
Se llama así por petición —se puso muy cabezota al respecto— de Logan cuando un día terminó de leer uno de mis libros de fantasía favoritos. Se volvió completamente loco, decía que o llamábamos a nuestro perro Cass o no tendríamos un perro. No tuve otra opción.Tenía que quererlo.
Remoloneo un rato más bajo el edredón. Eso no ha cambiado, sigo durmiendo tapada aun estando en el mismísimo infierno. Pero finalmente las ganas de hacer pis me pueden y me levanto. Sentándome sobre la cama con cuidado, reposo el peso de mi cuerpo sobre mis brazos, y miro hacía abajo. Una enorme tripa interrumpe la trayectoria de mis ojos y se centran en esa nueva vida que se esta gestando en m interior.
Mi pequeño salvaje.Apenas me deja dormir por las noches, empieza a moverse y a dar patadas a cada rato y me hace muy feliz que mi hijo esté sano. Pero le agradecería enormemente que se estuviera quieto más de media hora. Logan dice que está deseando salir ya y que va a ser una guindilla que aprenda a nadar antes que a andar por lo mucho que patalea.
Salgo de cuentas en menos de dos meses.
—¿Necesitas ayuda, cariño? —Logan vuelve a estar apoyado sobre el marco de la puerta y me mira con una sonrisa, tan suya, una que me dedica solo a mi, mía. Lleva los brazos descubiertos y sus tatuajes siguen siendo tan sexys como siempre, incluso el paso de los años y verlo convertirse en un hombre es todavía más sexy. Hace mucho más ejercicio ahora así que tiene un complexion mucho más fuerte que cuando éramos unos críos. Casi me dan ganas de relamerme cuando me quedo observando su físico más de dos minutos.

ESTÁS LEYENDO
Sempiterno(1) {terminada} PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO
Novela Juvenil[LIBRO AUTOCONCLUSIVO] Melissa tiene 21 años y vive en Barcelona. Logan tiene 22 años y vive en Madrid. No se conocen pero se sienten. No se han mirado pero se ven. No se han encontrado, o ¿tal vez si? No se recuerdan, pero lo harán. Una isla, un...