Luke
Caigo de rodillas.
MIERDA, ella está embarazada.
-¿Luke? -Amy se me acerca preocupada. -¿Qué sucede? ¿Qué pasó? ¿Estás bien?
-Yo...¡Yo soy un estúpido! ¡Soy torpe!-Mis ojos pican.
¡A la mierda! ¡los hombres sí lloran!
Rompo en llanto.
Lloro como jamás lo he hecho.
Acabo de perder una gran oportunidad por culpa de mi estupidez.
-Luke. No...no llores que...que yo también voy a llorar.-sus maravillosos ojos celestes me miran con tristeza.
Debo tomar una decisión, por más dura que sea.
-Lo siento Amy.
Me enjugo las lágrimas.
Doy la vuelta y me dirijo a las escaleras.
Amy me abraza.
Apoya su cabeza en mi espalda.
Está llorando, yo también.
Ambos lloramos.
-Luke. Debo decirte algo. Tú...tú me gustas.
Mi corazón palpita rápido. El tiempo se detiene.
La miro.
-No Amy. No me quieras. Solo te voy a hacer daño.
-¡Yo te quiero! -se para frente a mí y me coje de las mangas de la chaqueta.
No puede quereme. No debe.
¡Mierda!
Soy un estúpido. Acabo de arruinar mi oportunidad. ¿Qué hago? No puedo decirle la verdad. No me queda nada más que mentir.
-Pues...yo...-respiro profundo-yo no te quiero. -cierro los ojos intentando reprimir las lágrimas.
Siento punzadas de dolor. M
Siento como si mi corazón se partiera en dos.
Ella no debe quererme. No.
Amy llora más fuerte.
Retiro sus manos de mi chaqueta.
-¡mentiroso! No sé qué es lo que acaban de decirte pero tengo entendido de que eso te a afectado. Tú no quieres que te quiera porque según tú puedes hacerme daño. Pero no. Yo sé que tú no me harás daño. Luke. Escúchame.
Agacho la cabeza.
-No-contesto.
-¡Luke!-ella me jala del cuello de la chaqueta y me besa.
Necesito su beso. Necesito su contacto.
Le devuelvo el beso.
Es un beso calmado, casto, sano, dulce. Como el que le di cuando terminó el partido, después de golpear a Adrian, Mark, Patrick y Ken.
Nos separamos para respirar.
Ella me jala de nuevo y me besa otra vez.
Siento que tanto yo como ella necesitamos esto.
Ella juega con mi cabello.
Lo envuelve en sus dedos.
Yo pongo mis manos en su espalda.
La acerco más a mí.
Yo la necesito. Lo sé.
Pero. ..por culpa de un error...debo renunciar a ella.
Saboreo sus labios porque sé que esta será la última vez en la cual podré hacerlo.
La beso como si fuera el fin del mundo mañana.
La abrazo.
-Lo siento Amy.-le susurro con lágrimas en los ojos.-prométeme que...serás. ..muy feliz.
Le acomodo un mechón de cabello detrás de el oído.
-¿A dónde vas?-pregunta.
Sus ojos celestes penetran mi alma.
-No lo sé. ¿te llevo?
-No.
-ok. Realmente lo siento mucho. Debo irme. Amy. Olvídame. No...no soy lo suficientemente bueno para ti. Regresa con Matías. Sé feliz. No sufras y come. Lo siento.
Me voy.
Soy un tonto.
Regreso a mi lamborgini.
Enciendo el motor.
Cojo mi celular y marco el número de Laura.
-¿Aló Laura? ¿Dónde estás?
-Estoy en el hospital con mamá.
-Bien. Voy para allá. ¿Me mandas la dirección? Porfavor.
-Claro. Un momento. -su voz se oye apagada.
-¿Le has contado a alguien?
-no. A nadie.
-ok. No lo hagas. Adiós. No olvides enviarme tu ubicación.
-ok.
Cuelgo.
La dirección me llega. La pongo en el GPS.
Cinco minutos después llego.
-Laura.
Corro hacia ella.
Ella me abraza y llora.
-lo siento. Lo siento mucho. Todo es culpa mía.
-No lo es. Es culpa de ambos. Yo acepté a tu propuesta así que yo tengo más la culpa.
-no. Lo siento.
La abrazo y le doy un beso en la frente.
-¿qué te dijo el doctor?.
-Qué pronto cumplo un mes y que el bebé nacerá para fines de noviembre.
-Bien. Estaba preocupado.
Alguien garraspea.
-Luke. Ella es mi mamá.
-señora-saludo con un ademán.
-Así que tú eres el vándalo que a dejado embarazada a mi hija. ¿Eres acaso un cazarecompensas?
Me golpea en la cabeza con su bastón.
-¡mamá! ¡¿qué haces?! ¡él es Luke Care Summey. Tiene incluso más dinero que nosotros.
-¡Qué!-la señora me mira atónita.-¡¿porqué no lo dijiste antes?! ¡discúlpeme porfavor! Yo no lo sabía joven Care.
-No se preocupe señora.
-y ...¿Son novios?
Laura y yo nos miramos.
-Emmmm...pues-dice Laura.
-Sí-la interrumpo.
-oh. ¿van a cazarse? -pregunta emocionada.
Acerco a Laura.
-es muy probable.
-Me alegro. Trátala bien. Y tratándose de usted joven Care, pueden tener bebés todas las veces que quieran. Ella es toda tuya.-me dice.
-porfavor dígame Luke, no estoy acostumbrado a lo de joven.
-Está bien Luke. Pero tú puedes llamarme mamá.
-Gracias.
-Bien pues los dejo solos.
-adiós-decimos.
La señora se va.
-¿Qué hacemos Luke?-me pregunta.
-no lo sé.
-puedo. ..abortarlo. si tú quieres.
-No. No abortes. No te preocupes. Prometo que...seremos una...familia. sus ojos brillan.
-No es tu obligación.
-sí. Lo es. ¿Nos Vamos?
-¿A dónde?
-a la universidad.
-ok. Vamos.
Me sonríe.
Suspiro.
La cojo de la mano y caminamos por el concurrido pasillo.
Tal vez ella no sea Amy. Sin embargo, debo enmendar mi error, Y creo que esta es la mejor manera de hacerlo.
Dejando a Amy y prestándole más atención a Laura.
Por más que me duela. Debo hacerlo. Ayudo a Laura a subir a mi lamborgini.
Son las 10 p.m cuando llegamos a la universidad.
-Laura. Llegamos. -le digo mientras estaciono el auto.
Ella no responde.
-Laura.
La miro. Al parecer está dormida.
Oigo a los grillos.
Ya es muy tarde.
Suspiro. Salgo del auto.
Aseguro la puerta del conductor.
Abro la puerta del conductor.
Paso un brazo por alrededor de las piernas de Laura y con el otro brazo rodeo su espalda.
Con cuidado la saco del auto.
Aseguro la puerta con las llaves que tengo en la mano derecha mientras sostengo a Laura.
No pesa mucho. Ok. Es mentira. Sí pesa.
Entramos en la universidad.
El silencio triunfa en los pasillos.
Mierda. No sé dónde está la llave de su habitación.
Tendré que llevarla a la mía.
Llego a mi habitación.
Abro la puerta.
Hecho a Laura en mi cama.
Ella duerme profundamente.
Desearía poder hacerlo yo también.
Acaricio su vientre por encima de su ropa.
-tranquilo pequeño o pequeña. Papá está aquí. Prometo que todo saldrá bien. Por más difícil que sea, voy a quedarme contigo. Pase lo que pase.
Una lágrima se me escapa.
Beso su vientre.
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Tras una promesa
RomanceUna promesa hecha desde pequeños. la de no olvidarse. De como el destino juega con sus cartas. A favor tuyo o en contra. El mundo puede llegar a ser tan pequeño. Tanto como para encontrarte después de casi diez años con tu primer amor.