11- La comparación es el ladrón de alegría.

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PENSIÓN SALVATORE

Stefan se inclinó y besó suavemente a Aella, la lengua corriendo a lo largo de su labio inferior pidiendo entrada. Habían estado besándose y hablando toda la tarde, besándose más que nada debido al humor de aella. Hablar se convertiría rápidamente en que él o aella se rieran de sus líneas únicas, y luego de besarían para detener la risa.

A Stefan le encantaba estar en ese momento, pasaba tiempo con la chica que realmente le gustaba, riéndose tanto a veces que pensaba que lloraría. Aella era tan única que quería guardarse todo para si misma, la única persona que le hizo sonreír más que sus sonrisas de saludos habituales fue Lexi. Estaba seguro de que si Lexi lo viera ahora, ella se preguntaría si había sido poseído.

La boca de aella se encontró con entusiasmo con su beso caliente y necesitado mientras se fundía con él por enésima vez hoy. Su cuerpo se sintió cojo en sus brazos hasta que él la giró, así que ella volvió a acostarlo. Los ojos de Stefan comenzaron a cambiar de nuevo, y como en el puente, se retiró para ocultar su cara, pero aella no lo iba a dejar. Esto había sucedido varias veces, y ella no quería que se avergonzara de lo que era.

No.- suspiró tristemente, tratando de tirar de su cara hacia la suya.- No lo escondas, no de mi.

Las manos de Stefan corrieron a lo largo de sus brazos desnudos y se clavaron en la base del cuello de aella, mientras su cien descansaba sobre la suya, inclinada lejos de su vista.- No es algo que debas ver, significa que mi cuerpo quiere probarte. He hecho cosas horribles, soy un monstruo.

Aella se presionó involuntariamente contra su cuerpo, sonriendo suavemente, cuando vio cambiar su cara mientras gemía suavemente.- Oye.- Ella trato de volver a su cara de nuevo, y esta vez el la dejó, y esta vez pudo ver su cara alterada de verdad. Ella beso suavemente sus labios antes de retroceder y susurrarle.- Solo por que la gente haga cosas horribles, no siempre significa que sean personas horribles.

Stefan la beso, ella se alejó, aferrándose a su mirada.- ¿Te llamas monstruo?.- A su asentir, ella picoteo los labios una vez más.- Bueno, los monstruos están dentro de todos nosotros, pero es la elección de dejarlos ganar lo que es el verdadero monstruo... nunca dejes que ese monstruo gane porque eres bueno, Stefan. Si todo lo que alguna vez quieres hacer es amar y proteger, entonces eres bueno, lo que sucedió en el pasado es el pasado, pero cambiaste, y has estado viviendo en el pasado demasiado tiempo.

Stefan simplemente la miró de nuevo, y en lugar de responder a lo más hermoso que alguien le había dicho en muchos años, Stefan depositó sus labios sobre los suyos, retratando sus sentimientos con su abrazo que con palabras.

Pero en forma típica de Aella, la morena retrocedió sonriendo, lo que enfureció ligeramente a Stefan.- Y oye, paul de crepúsculo era un hombre lobo, era considerado un monstruo. ¡Y yo lo haría por jacob y Edward cualquier día!

Stefan se rió y besó sus labios sonrientes, torciendo a la bruja, así que ella estaba boca arriba, y el estaba acostado encima de ella. Gimió suavemente en su boca mientras su oreja se levantaba sobre que alguien entraba en la casa, se alejó sin aliento, girando hacia la puerta con un ceño fruncido profundo.

¿Que?.- preguntó aella, respirando mucho.

Los ojos de stefan se abrieron de par en par cuando reconoció la presencia.- Elena esta aquí.

¡¿Que!?.- exclamó aella, sentada.

Los ojos de stefan se alinearon con los suyos, su ceño fruncido aún más prominente.- Con damon.

¿Que demonios?.- aella saltó de su cama, ajustando su ropa mientras corría hacia la puerta.- ¿Esta loca, mordiendo feliz, hermano mayor, damon?

Una diferencia elemental.  - AIRE  [STEFAN SALVATORE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora