Masacre

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Si de algo está seguro Gaara es que en su joven vida no recuerda haber pasado días más agradables, ahora puede decir con felicidad que tiene una amiga, su primer y tal vez única amiga, pero como siempre la mala suerte lo persigue y el tiempo juntos llega a su fin.

Yuna recibe los documentos confidenciales y se prepara para volver, no sin antes darle una ultima visita al pequeño y solitario pelirrojo.

-Hora de irme – los ojos del niño se clavan en la arena con tristeza – el mapache volvió a molestarte? – el menor niega, desde ese día no ha vuelto a escuchar la tenebrosa voz del Shukaku – esto no es un adiós, así que no pongas esa cara – ojos aguamarina se iluminan con esperanza.

-Volverás? – no entiende porque su amiga tiene que irse.

-Tal vez – se encoge de hombros – las misiones son así o quizá la próxima seas tú quien me visite cuando seas un ninja – le despeina el cabello y nota como sus pálidas mejillas se sonrrojan, es tan lindo, ojalá pudiera tomarlo y llevárselo.

Gaara la ve marcharse esperando que la siguiente vez puedan seguir jugando.

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Luego de una misión tan importante se le conceden unos merecidos días de descanso, la mitad demonio ayuda a Naruto en sus entrenamientos, ahora sus kunais casi siempre dan en el blanco, sin embargo aun tiene problemas como los jutsus, Yuna es una buena maestra siempre paciente, dándole consejos con una suabe sonrisa.

Naruto ha caído rendido luego del entrenamiento, mientras tanto Yuna medita sobre el tejado, por alguna razón esta luna llena agita su lado oculto, los demonios pueden ver y sentir mucho más que los humanos, algo no anda bien, sus sentidos se encienden, salta sobre otros tejados buscando un punto alto, sus ojos rojos brillan como joyas en la oscuridad, escanea el cielo buscando eso que los humanos no pueden ver, nota una nube oscura y sabe bien lo que es, una acumulación de miedo, desgracia, sangre y sobre todo... muerte, sin pensarlo vuelve a saltar, el barrio Uchiha está en problemas.

Mientras más se acerca sus sentidos se disparan ¿Por qué no hay ninjas vigilando? ¿Dónde están los ambu?

El aroma a sangre inunda el ambiente y Yuna solo quiere llegar con Mikoto, pero un enmascarado le impide el paso.

-Eres el responsable de esto? – pregunta con seriedad mientras toma el mango de su espada, pero el enmascarado no responde y se abalanza al ataque.

El sonido del metal chocando remplaza los gritos, cuerpos desangrados decoran macabramente las calles de lo alguna vez fue un distrito alegre.

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Sasuke sabe que algo anda mal, no entiende porque no hay nadie en las calles, ni porque las luces de las calles están apagadas, corre con todas sus fuerzas a casa esperando encontrar a su madre, pero lo único que le espera el final de su feliz niñez, los cuerpos de sus padres yacen a los pies de su hermano mayor.

Itachi comienza hablar sobre ser el más fuerte de la aldea y tonterías que el pequeño niño no entiende, intenta huir pero es alcanzado con facilidad, grita desesperado pidiendo que todo sea una pesadilla, quiere despertar y abrazar a su madre como siempre, no quiere ver esta versión maligna de su hermano, es mentira, debe serlo, pero un Kunai se dirige peligrosamente hacia él y Sasuke no tiene fuerza para evadirlo, pero antes que algo suceda una figura se interpone y lo desvía, al principio no sabe quien pueda ser, esta tan aturdido que apenas puede respirar.

-Donde esta tu madre? – Sasuke tarda unos segundos en reaccionar, solo puede ver la espalda de la chica, pero esos mechones rojizos brillan con la poca luz dejándolo saber quién es, sin embargo, no puede responder y aprieta los puños lleno de frustración.

El Demonio de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora