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Un ruido sacó al castaño de sus pensamientos. Entonces vio a Zayn desvistiéndose. Liam cerró los ojos, pero escuchaba todos los ruidos, como el del agua de la ducha corriendo. Debía ser un ruido normal en la vida de cualquier Omega casado, menos
para él. Se imaginó el panorama. Toallas húmedas arrojadas a un costado, y todo en desorden.

Una vez había estado en la parte de la casa que habitaba el Alfa, después de haberse ido él por la mañana, y lo había visto con sus propios ojos. Y había tenido la terrible sensación de que no podían vivir más separados dentro de su matrimonio.

Siempre se había sentido como un extraño en su casa. Jamás había movido un mueble, ni puesto de ninguna manera su firma en algún detalle de la casa.

Aquel día que vio su baño había sido el comienzo de su alejamiento de Zayn. Hoy, en cambio, era el día del quebrantamiento de aquel dispositivo para defenderse.

De pronto lo oyó cantar en la ducha. Parecía tan contento...

Al levantar la vista lo vio al lado de la cama, mirándolo.

-Duerme – le dijo.

Liam cerró los ojos. Oyó el suave ruido de la toalla caer de su dorado cuerpo. El colchón se hundió levemente, la sábana se movió y entonces se apagó la luz.

No hubo más que silencio. Liam estaba acostado, quieto como un cadáver, pero más despierto que nunca sabiendo que iba a dormir con Zayn desnudo a un palmo de
él. Cada movimiento del Alfa lo alarmaba y le aumentaba la tensión.

Tibio y relajado, el Omega se movió lentamente, y el cuerpo a su lado, se tensó. Abrió los ojos miel y se encontró con unos ojos más oscuros. Su mirada intensa lo dejó turbado. Sintió un vuelco en el corazón, un calor en aumento. Se encontraba mareado, sin aliento, y con la sensación de haber perdido toda racionalidad.

La punta de un dedo se posó sobre el labio de Liam.

- Abre la boca. Quiero probar cómo sabes – le dijo Zayn con ansiedad.

Sugestionado por su mirada, el Omega obedeció instintivamente. Con un gemido de satisfacción, Zayn llevó entonces sus manos al cuerpo de Liam, sobre las caderas y la espalda, mientras su boca hambrienta buscaba la del castaño con intensidad.

La punta de la lengua de Zayn se abrió paso entre los labios abiertos del Omega, y luego probó el interior de su suave cavidad, algo que a Liam le hizo estremecer.

Con manos insistentes, lo desnudo, dejando al descubierto su torso. El Alfa acarició sus pezones con suavidad. Liam acomodó la cadera a la del Alfa, mientras sus muslos temblaban en respuesta al torbellino de sensaciones que experimentaba. Las manos del Omega, entonces, se adentraron en la cabellera negra de Zayn.

Cuando el Alfa dejó de besarlo, el corazón de Liam bombeaba rápidamente. Zayn deslizo su lengua jugueteando con los picos de los pezones que se habían erguido para él. El calor surgió en el interior del Omega como un oleaje violento que respondía a las caricias íntimas del Alfa. Liam gimió, gobernado por las exquisitas sensaciones que lo
atormentaban. Se había transformado en esclavo de la pasión.

Con un gemido suave que anticipaba otro beso apasionado, Zayn lo apretó contra él, llevando sus manos a los pequeños rizos en la juntura de sus piernas, se detuvo al hacer contacto con su erección, al escuchar el gemido del Omega, fué mas allá encontrando la suavidad que se abría entre sus glúteos, y con suave maestría lo invadió como para que en cada nuevo movimiento la respuesta del castaño fuera cada vez más intensa.

Era una dulce agonía de deleite que los dejaba sin aliento. Las caderas de Liam se movían, contoneaban y alzaban como por propia iniciativa, a medida que el deseo iba aumentando hasta un grado casi insoportable. Entonces el Alfa lo levantó levemente, sintiendo la lubricación del Omega se internó entre sus muslos para que el cuerpo de Liam se encontrara en el punto exacto con el de él.

Un Matrimonio DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora