Mientras Zayn lo conducía por las escalinatas que daban al impresionante edificio que tenían delante, y cuyas puertas estaban abiertas como para recibirlos, Liam pensaba que era evidente que Zayn había devuelto a la relación entre ellos el encanto anterior a la discusión. Y Liam se sentía aliviado y feliz nuevamente. Pero
le preocupada la facilidad con la que el Alfa lo había hecho. Era casi un milagro.En ese momento apareció Ponia, vestida y arreglada como nunca antes la había visto Liam. Con el pelo recogido, y un elegante vestido que realzaba su figura
menuda.- ¡Llegán tarde!
- Nos hemos perdido – dijo Zayn sin darle importancia.
- ¿Perdido?
- Pero nos hemos encontrado nuevamente – murmuró el Alfa en un aparte, como para que sólo Liam pudiera oírlo.
- Sí – dijo el Omega con una trémula sonrisa, y los ojos brillantes.
- Bueno. Ellos esperan que Zayn te deje y vuelva con él otra vez. Es desagradable. Es por eso que te están tratando como si fueras invisible.
Liam sintió ganas de reírse. No sabía realmente si lo que decía Ponia era cierto.
Le fue presentando a todos los invitados. Y todos, sin excepción, lo habían recibido con frialdad y formalidad. Había sido el tipo de bienvenida que hubiese espantado a cualquier Omega con expectativas acerca de un encuentro con su familia política.
Liam comenzó a pensar que probablemente la muchacha tenía razón. Porque la sensación que le daba era que lo habían recibido como a un enfermo contagioso. Pero en el momento en que Zayn fue a su lado, y le puso una mano alrededor de
los hombros, todos cambiaron de actitud. No hacían más que escuchar a Zayn, y estar receptivos hacia él. El efecto del cambio repentino era casi cómico. Sin embargo, Liam notó que la actitud de dos de las hermanas de Zayn y sus respectivos hijos, adultos ya, no era sinceramente cariñosa. Recordó entonces lo que le había dicho Ponia. Que Zayn mantenía a toda la familia; sólo los padres de Ponia eran independientes económicamente. Los demás eran mantenidos o empleados de Zayn.- Ven, que te presento a mi madre – le dijo Ponia impaciente.
Ariadne estaba sentada sola al fondo de la habitación. Parecía muy nerviosa. Tenía las manos entrelazadas y apretadas, y estaba tensa indudablemente. Liam se acercó sonriendo, esperando que su sonrisa le devolviera a la Omega cierta
tranquilidad. Liam deseaba conocerla, y estaba predispuesto de antemano a que le cayera bien.- Éste es Liam – anunció la chica.
- Por favor, siéntate conmigo. Pide que nos traigan café – le dijo Ariadne a su hija -. Se le ve muy feliz a Zayn, creo. ¿Eres feliz tú también?
- Muy feliz.
- Hacía tanto tiempo que quería conocerte... que ahora no sé qué decir. Eres muy hermoso, y muy inteligente, por lo que dice Zayn. Has hecho estudios de música, y sabes francés y alemán... Yo he aprendido inglés por mi hija. Quizás la próxima vez que vengas a Grecia puedas venir a visitarme – le dijo con una sonrisa ansiosa.
- Me gustaría mucho.
Liam notó que Ariadne estaba incómoda mientras hablaba con él. Como si los demás miembros de la familia pudieran ver mal que ella recibiera al esposo de Zayn con agrado, y no por obligación, como hacían ellos.
- Me he encariñado con Ponia, en el tiempo que ha estado con nosotros.
- Has sido muy amable en recibirla. Zayn la malcría mucho.
La voz de Ariadne se había desvanecía al ver a un Alfa alto, de pelo gris, y luego volvió a elevar el tono de voz, diciendo con alivio:
- Ése es Stavros, mi marido.