14

592 67 17
                                    

La limusina viajaba a gran velocidad entre el tráfico de Atenas. Por el rabillo del ojo veía a Zayn servirse un trago. Le sirvió otro a Liam sin que se lo hubiera pedido.

Bebió sin fijarse en el contenido. Parecía zumo de naranja. La atmósfera era tensa. El Omega se sentía nuevamente amenazado.

¿Dónde había dormido Zayn la noche anterior? Era de madrugada y él aún no había
llegado. Tampoco había ido a almorzar. Aunque Liam no podía decir que se sintiera decepcionado por su ausencia.

Por otra parte, no le apetecía en absoluto conocer a la familia de Zayn en ese estado. Estaba hecho un manojo de nervios. Se había alzado un silencio denso entre ellos. Por momentos lo toleraba y por momentos hablaba de cosas intrascendentes para disimularlo.

—Cuando volvamos a Londres intentaré arreglar el escritorio de mi madre. Max me dijo que lo cuidara. Tal vez podría tener un...

—¿Cajón secreto? – dijo Zayn sarcásticamente.

Liam estaba resuelto a encontrar ese certificado, se lo había jurado. No era justo que él fuera el rehén para que la familia de Zayn estuviera a salvo de algo. Aunque pensaba que era paranoico de parte de Zayn pensar que ese certificado fuese
aún una amenaza, a pesar de la muerte de Max.

Sin querer, Liam dejó escapar ese pensamiento por la boca.

—No pienso correr ese riesgo – dijo Zayn.

- ¡Voy a terminar pensando que estás tapando un crimen o algo así, algo verdaderamente horroroso! – dijo Liam tembloroso.

- ¡No es nada tan dramático! – dijo el Alfa con una risotada -. Puedes tener la conciencia tranquila.

- Me gustaría que me dijeras algo sobre el certificado – dijo Liam dudando.

- ¿Y poner a tu alcance la tentación? ¿Crees que no sé lo desesperado que estás por ser libre? ¿Me crees tan estúpido?

- No le haría daño a tu familia – dijo Liam pálido.

- Espera a conocerlos.

- ¿Y eso qué quiere decir?

- Ya verás.

Zayn se apartó de él. Decididamente tenía un gesto amargo. El castaño comenzó a pensar que la reunión familiar que iban a tener no iba a ser muy tranquila. ¿O estaba equivocado?
¿Por qué se obstinaba en actuar como si para él las fotos con Paul no hubieran sido una sorpresa? Los nuevos y frágiles lazos que ellos habían trazado se habían
visto destruidos por el recuerdo brutal del pasado.

Liam reconocía que en su intención de defenderse, había usado esas fotos para desahogarse, y que tal vez había sido un error. Estaba furioso. La culpa no era de Zayn. Estaba furioso porque no era capaz de
tomar las riendas de su vida. Se sentía víctima de su padre, de quien había intentando ganarse la aprobación hasta el fin de su vida, e incluso víctima de Paul
Woods.

Debía aceptar que la frustración, el arrepentimiento y la humillación habían sido producto de su pasividad. Zayn no había participado en su decisión de aceptar el matrimonio que le había propuesto su padre. Ésa era una realidad devastadora. Y lo peor era que él no lo había querido ver hasta ese momento.

En ningún momento, durante los cinco años de matrimonio, se había atrevido a discutir la situación, y Zayn no había estado en posición de exigir su libertad. En parte no se extrañaba de que Zayn pensara que Liam había estado obsesionado con él, o que no quería perder su status y su holgada posición económica.

Y ahora pensaba cómo se habría sentido él si le hubieran mostrado una serie de fotos íntimas con otro Omega... se habría puesto furioso. Pero Zayn había sido siempre muy discreto. Nunca se había dejado sorprender en una actitud de ese tipo con un Omega. Habían llenado las revistas de chismes y sospechas, pero nunca habían tenido ninguna prueba de que él tuviese una relación íntima con otro Omega.

Un Matrimonio DiferenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora