Capítulo XX: Ruido Blanco

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N/A: Hola a todxs! Me alegra poder estar aquí un día más, la verdad es que aunque he reescrito este capítulo 1000 y una veces, he disfrutado cada palabra y el resultado final es el que tenía en mente desde un principio.

Espero que no se os haga muy corto, recordad darle amor votando y comentando! Nos vemos abajo^^


CAPÍTULO XX- RUIDO BLANCO 

La pelirroja tomó asiento junto a Draco, y éste le sirvió un plato de estofado de la fuente. Habían sido los últimos en sentarse en la mesa a cenar.

—¿Has conseguido descodificar la radio? —la interpeló directamente Nott, era la primera vez que le dirigía la palabra por iniciativa propia. Ginny se pasó un mechón de pelo por detrás de la oreja, dudando antes de contestar.

—He encontrado y descodificado la emisión, pero la frecuencia es muy baja.

—Ya te dije que era una birria —se encogió de hombros, y todo su interés por ella se esfumó. Draco chasqueó la lengua, disgustado por el comportamiento de su amigo, pero no dijo nada; se limitó a llevarse otra cucharada a la boca.

—Ya que parece que pasaremos aquí mucho tiempo y algunos no tenemos con quién entretenernos... —comenzó a decir Zabini, mirando de forma elocuente a las dos parejas que parecían haberse formado—, sería buena idea usar algún sitio como el sótano para hacer prácticas de duelo. No quiero que dependáis de mí para protegeros si nos encuentran.

—¿Quieres hacer saltar la casa por los aires? —inquirió Draco con una sonrisa ladeada. No le pacería mala idea si lo hubiese propuesto otra persona, pero se trataba de Blaise—. Aun recuerdo aquella vez en Birmingham, faltó poco para que desalojaran a todo un vecindario muggle.

—Lo dices como si aquel fuese mi único momento de brillantez —repuso el moreno de forma teatral, y todos excepto Nott rieron brevemente.

—Hechizos de desarme, nada explosivo —recalcó Daphne, buscando de reojo la aprobación de Theo quien se encogió nuevamente de hombros. La pelirroja alzó una ceja sorprendida, y Daphne pareció notarlo—. No me mires así Ginny, no tengo la menor intención de volver al castillo Negro por las buenas.

—Ninguno de nosotros la tiene —la atajó Ginny, tratando de liberar la tensión latente que había entre ambas desde su reencuentro. Daphne relajó los hombros y la conversación se volvió más amena. Después de la cena, Ginny se escabulló a su cuarto, y Draco accedió a regañadientes a compartir la cama de matrimonio restante con Zabini.

—¿Tu amiguita apagará en algún momento la dichosa radio? —maldijo Blaise en voz alta quitándose el jersey, luego los vaqueros, y finalmente metiéndose en su lado de la cama. Aquella sería una noche muy larga, pensó Draco contemplando la escena con cara de pocos amigos.

—Déjala, no molesta tanto. Ya la apagará—. Se quitó la ropa y se metió también entre las mantas, dándole la espalda a Zabini. Pero solo una fina pared los separaba del cuarto de Ginevra, la radio no se apagó, y aquel zumbido molesto comenzó a perturbarlo de verdad. Pasada media hora comenzó a escuchar los ronquidos de Blaise, aquello ya era más de lo que podía soportar. Se levantó y a tientas cogió una manta de uno de los armarios, al salir, miró de reojo el cuarto de Ginny junto al suyo. Una rendija de luz se filtraba a través de la puerta cerrada, soltó un bufido de resignación y bajó las escaleras hasta el salón. El piso inferior era frío y estaba a oscuras, pero quería dormir, por lo que se tumbó en el sofá cuan largo era y se tapó con la manta.

Cuando pensó que por fin caía presa de un sueño profundo, escuchó los llantos estridentes de su hijo en el piso superior. Pensó en Astoria, y en todo lo que tendría que haber pasado en esa casa con la única compañía de Scorpius. Recordó la última conversación que habían tenido días atrás, había conseguido perdonarla tan fácilmente... Pero también le había hecho una promesa que pretendía cumplir, protegería a ese niño con su vida, aunque no se atreviese ni a mirarlo.

PRISIONERA DEL LORD [Drinny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora