Capítulo XVII: Lenguas de Fuego

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¡¡Feliz Navidad a todas!!

Como estos días son mis favoritos del año, he decidido haceros un pequeño regalo y hacer un maratón de 3 capis de Prisionera del Lord. He disfrutado mucho escribiéndolos, así que espero que les deis mucho amor. Antes de nada, aclaro que hoy publicaré el primer y el segundo capítulos, y mañana el tercero (que aún tengo que pulir alguna escena).

Espero que el Covid no os haya aguado las fiestas como a mí (mi madre está haciendo cuarentena aunque asintomática), y que podáis celebrar la Navidad en familia.

Un abrazo a todxs, y nos leemos mañana^^


MARATÓN 1/3


CAPÍTULO XVII- LENGUAS DE FUEGO

  —¿Qué quieres saber? —Draco la miraba a través de sus largas pestañas con una repentina frialdad que helaba la sangre. Hablar de Astoria no iba a resultar fácil, pero la curiosidad la estaba quemando.

La pelirroja se mordió el labio inferior, y tras tomarse un par de segundos decantándose entre si aquello era o no una buena idea, decidió ir directa a la cuestión, sin desvíos inútiles.

—Tú y... Astoria... Es decir, ¿estás... tú sigues... has arreglado las cosas con ella? —se trabó al hablar, enrojeció, y se odió a sí misma por haber abierto la boca, todo en ese orden. El rubio alzó una ceja con brusquedad, pero al sentir la intensidad con la que la pelirroja seguía su mirada acabó rompiendo la tensión riéndose por lo bajo. Ginny alzó ambas cejas y tras esperar el tiempo suficiente, se cruzó de brazos con frustración—. Si vas a reírte de mí, no sé qué hago aquí.

—No me río de ti —aclaró el rubio con severidad, colocándose de nuevo su perfecta máscara de hielo. Ella esperó a que continuara—. No soy alguien que perdone fácilmente, Ginevra, creo que eso ya deberías saberlo. Lo que Astoria me ha hecho pasar todo este tiempo... es algo que no le deseo a nadie. Pero he estado cargando con su muerte durante mucho tiempo, es lógico que me sienta aliviado en parte.

—¿Solo querías verla para sentirte bien? No te creo —negó lentamente. Ginny se consideraba a sí misma necia, torpe, impulsiva, orgullosa... pero no era estúpida. Había visto a Draco llorando al entrar, joder, eran más emociones de las que le había visto expresar desde que le conocía. Incluso sus repentinos episodios de enfado e ira, todos habían comenzado con un simple nombre—. Quiero saber qué pasó entre vosotros, la verdad, cómo de idiota fuiste con ella.

Draco la miró con apatía y soltó un leve gruñido en su dirección. Tenía el cabello revuelto, y la mandíbula cuadrada. Había adoptado una posición desenfadada, recostado contra el cabezal de la cama con una pierna extendida y la otra flexionada. La tenue luz de una lámpara hacía que se viera más atractivo de lo que a Ginny le hubiese gustado admitir, hasta que una sombra cruzó por su rostro y su mirada se tornó más oscura e intimidante.

—No soy tan cínico como crees, Ginevra —dijo mirándola por un momento con enfado, y entonces negó con la cabeza lentamente—. Pero no voy a perder el tiempo contándote años de mi vida, nos llevaría toda la noche, y estoy cansado.

—No necesito la versión larga —replicó ella, consciente de que esta era su última oportunidad para conseguir respuestas. Los dos se retaron con la mirada, entrecerrando los ojos y frunciendo los labios. El ambiente se había viciado rápidamente, y sus respiraciones eran cada vez más pesadas.

—No fui tan idiota —dijo repentinamente, había odio en sus ojos grises.

—¿Que?

—Que no fui un idiota, con ella —matizó Draco, respondiendo a la pregunta inicial de la pelirroja a regañadientes, como si cada palabra le costase cien galeones—. Fueron las circunstancias, mi familia, la influencia del Señor Oscuro...

PRISIONERA DEL LORD [Drinny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora