Capítulo XV: Barcos que Navegan Mar Adentro

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N/A: Buenas noches a todas! 

Llevo toda la semana queriendo publicar este capítulo, pero no encontraba el momento. No puedo enrollarme ahora mismo, así que os dejo leer!


CAPÍTULO XV- BARCOS QUE NAVEGAN MAR ADENTRO

  —Danos detalles de cómo murió Arthur Weasley. —La voz ronca de su entrevistador continuaba sin darle tregua, y Ginny sintió como un jadeo ahogado escapaba de su garganta.

Horas antes, Pansy había logrado contactar con la Orden y varios miembros los habían trasladado a un lugar seguro, no obstante, el camino había sido tortuoso cuanto menos. Le habían vendado los ojos y atado las manos, aumentando su incertidumbre con cada paso. Cuando finalmente dejaron de moverse, alguien sentó a Ginny en una silla y comenzó aquella interminable batería de preguntas. Era de madrugada, habían pasado varias horas ya desde que comenzase el interrogatorio y Ginevra se hallaba al borde del agotamiento tanto físico como mental. Al pensar ahora en su padre...

—No. Por favor... eso no. Ya basta —gimió, mordiéndose el labio inferior hasta sentir un sabor metálico. Su interlocutor no respondió, en su lugar se hizo un silencio que cortaba la respiración. Fue entonces cuando intervino una tercera voz cuya presencia había pasado inadvertida para Ginny.

—Lo dejaremos aquí, está claro que es ella. —La cuerda que aprisionaba sus muñecas se deshizo en el suelo y pudo quitarse la tela que cubría sus ojos. Tardó varios minutos en acostumbrarse a la luz—. Siento las formas, pero apenas nos queda veritaserum, lo están utilizando todo para interrogar a...

—A Malfoy... —musitó la pelirroja con un deje de resentimiento en la voz. Hermione estaba de pie frente a ella, la miraba con lástima.

—Lo siento Gin, lamento de veras todo este circo... no sé qué decir, nunca había estado segura de la lealtad de Greengrass. Es que no esperaba volver a verte, y necesitábamos estar seguros de que...

—Son los protocolos, lo sé. —Por alguna razón que no alcanzaba a comprender, todo su cuerpo seguía en tensión, como si aún continuase encerrada en una celda. Incluso cuando Hermione se adelantó y la estrechó entre sus brazos como a una hermana, únicamente sintió un atroz vacío en el corazón.

—Deberías descansar ahora, se nota que estás agotada y es normal, debes haber pasado por un infierno... Puedes quedarte en mi cuarto, conmigo, hasta que te encontremos un lugar seguro.

"Un lugar seguro". Ginny se separó de ella como un resorte. Acababa de llegar y lo único que pensaban era en encerrarla, estaba agotada y aquello era lo último que quería escuchar.

—Estoy harta de jugar al escondite, Hermione —le advirtió—. Solo quiero estar aquí, contigo, y volver a sentirme útil. Por favor, prométeme que podré quedarme... o me iré por mi cuenta y no volverás a saber de mí.

—Yo nunca estuve de acuerdo con apartarte, ni siquiera por tu seguridad. Trataré de hacer que Kingsley y McGonagall reflexionen al respecto. —La mirada consternada de su amiga logró convencerla finalmente.

—Está bien —concedió, pues no se encontraba en situación de discutir nada en aquel momento. Al relajarse, había comenzado a sentir dolores que antes simplemente su mente había optado por ignorar—. Necesito dormir ahora, me arde la cabeza, y mi brazo...

Hermione palpó su frente y alzó levemente las cejas.

—Será mejor que te examine la señora Pomfrey, aún nos quedan algunos analgésicos, podrás dormir mejor. —Examinó entonces sus brazos descubiertos y la herida en la mejilla, la pelirroja estaba llena de contusiones. Draco había sido el causante de alguna de ellas, pero en su mayoría eran el resultado de la pelea de bar de esa misma noche.

PRISIONERA DEL LORD [Drinny]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora