16: Una sorpresa agridulce.

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Me encontraba acostada boca arriba en mi cama escuchando la canción que salía de mi portátil, el cual Karina estaba usando. Era perfecto, ella necesita música para estudiar, y yo necesito música para, bueno, casi todo. The Cranberries, le encanta esa banda.

Me levanté de golpe y me acerqué al escritorio donde ella trabajaba para poder ver cómo iba, ella estaba concentrada de una forma casi hipnótica en la pantalla mientras sus dedos se movían rápidamente tecleando las palabras que se le venían a la cabeza.

— ¿Te falta mucho? —pregunté, haciendo que se sobresaltara un poco.

—Me asustaste, no mucho, tranquila que ya te devuelvo tu computadora —dijo esto último en forma de chiste ya que sabía que yo era adicta a mi portátil.

—Que graciosa, aun no entiendo qué tanto haces.

Ella no me miraba simplemente seguía tecleando y después de un momento procedió a contestar la pregunta que yo había dejado en el aire.

—Ya te había contado sólo que como raro nunca me prestas atención, tengo que entregar un ensayo sobre las características del arte en el renacimiento, ya sabes. Miguel Ángel, Donatello, Rafael. ¿Sabías que la persona con el IQ más alto de la historia es...?

—Leonardo Da Vinci —dije interrumpiéndola—. Sí, lo sabía.

— ¿Y sabías que su IQ era de...?

—220, sí, también lo sabía.

— ¿En serio? ¿Cómo lo sabias?

Ella me lo había dicho en mi realidad—. Pues, este... debí haberlo leído por ahí, en alguna parte.

—Ya, bueno, creo que terminé —dijo, guardando al archivo—. ¿Podrías hacerme un favor? ¿Podrías meterte a mi correo y auto mandarme el archivo? Así lo tendré disponible cuando llegue a casa y podre imprimirlo, ya que cierta persona tiene de todo menos una impresora.

—Pues hazlo tú misma, ¿no? Necesitaría tu contraseña para eso.

—Te la doy —dijo con una sonrisa.

— ¿Vas a darme tu contraseña de correo electrónico?

—Claro, para que sepas lo mucho que confió en ti.

Eso me gustó, me gustó mucho, no porque fuera a meterme a su correo y leer sus conversaciones o mensajes, sino por el nivel de confianza que estaba poniendo en mí. Giré la laptop y me metí al correo electrónico, pero el mío era el que estaba abierto, cuando vi eso lo primero de lo que me percate fue que tenía un mensaje nuevo, iba a abrirlo pero si lo abría Karina me diría algo tipo: "luego miras eso, mándame el archivo antes de que se nos olvide a las dos". Así que cerré mi correo, introduje la dirección de correo electrónico de ella y giré el portátil para que le quedara más cómodo, pero ella lo volvió a girar hacia mí.

—(Ella)03 —dijo de tal forma que yo supiera que esa era la contraseña.

—Wow, con paréntesis, mayúscula y toda la cosa, debes tener el nivel de seguridad lleno.

—Sí, apúrate, envíame el archivo.

—Ya voy, jefa.

Y así lo hice, después de haber enviado el archivo, apagué la laptop olvidándome por completo de ese correo nuevo que tenía. La guarde y tomé mis cosas para acompañar a Karina a su casa, después de todo ya era tarde.

—Gracias por dejarme usar tu portátil, el mío escogió el peor momento del mundo para dañarse y sólo puedo usar el computador de mis tíos, y es tan lento que tardaría años en escribir todo el ensayo, así que solo lo usaré para imprimir.

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