Capítulo 12.

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Betty agarró el brazo de Jughead. Cuando él se movió momentos antes, casi tirándola en un intento de pararse frente a ella y quienquiera que estuviera hablando, supo al instante que algo andaba mal. Al llegar a su punto máximo a su alrededor de él, podía sentir los músculos de Jughead debajo de su ropa tensarse. Él brazo de él contra el que su mejilla estaba presionada prácticamente se sacudió mientras miraba al grupo frente a ellos.

—Hola, Penny.

Ella trató de respirar lentamente, intentando controlar las respiraciones de pánico que amenazaban con liberarse mientras observaba a la mujer rubia mirar a Jughead. Era mayor, probablemente de la edad de su propia madre. Alrededor de los ojos de la mujer estaba manchado de maquillaje barato. Su flequillo estaba cortado entrecortadamente. Una mezcla de una mueca y una sonrisa colgaba de sus labios, haciendo que la expresión de sus ojos fuera aún más aterradora.

Uno de los hombres de la parte de atrás se giró y le susurró algo a otro. El movimiento permitió a Betty ver lo que había en la parte de atrás de sus chaquetas a juego. Una gran serpiente esmeralda, que decía "Southside Serpents" sobre ella.

—Mucho tiempo, sin vernos, chico. ¿Cómo has estado?—La mujer se cruzó de brazos. Betty asumió que se trataba de Penny. Por una fracción de segundo, los ojos de ella se dispararon hacia Betty. Esta apretó su agarre en el brazo de Jughead.

—Genial.—soltó secamente. Sin gracia. La mano junto a Betty se convirtió en un puño.—¿Qué quieres?

—Cálmate, Jonsie. Solo estoy siendo amigable.—Penny frunció los labios y se acercó un paso más.—¿Sabes? Te extrañamos en el bar.

—Claro que sí.—resopló.—¿Qué están haciendo aquí? Este no es territorio de las Serpientes.

Betty movió su mano a la espalda de él, agarrando la tela de ahí. El brazo de este se movió de nuevo, empujándola un par de centímetros más hacia un lado, ocultándola con éxito de nuevo.

—Mucho ha cambiado desde que te mudaste de piel.—se rió Penny. El sonido hizo que a Betty se le hiciera un nudo en el estómago.—Nos hemos expandido.

—Felicidades.—Betty podía sentirlo moverse, con los pies retrocediendo.—Nos vemos, Penny. Te llamaré si necesito que me corten otro tatuaje.

—¿Quién es tu amiga?—Betty se congeló, la respiración se quedó quieta al igual que los pies de Jughead, antes de asomar la cabeza de nuevo. Penny le estaba sonriendo, ojos malvados mirando directamente a los suyos. Betty trató de sonreír, levantando los dedos del brazo de Jughead en un pequeño saludo.—Es bonita.

—Detente Penny.—exigió Jughead. Hubo otro empujón y Betty volvió a estar detrás de él.—No hables con ella.

—¿Ella es la razón por la que te fuiste?

—No. Sabes por qué me fui.

—Cierto.—El sarcasmo de Penny goteaba.—Moral. Dime Jones, ¿La vida es realmente mucho mejor después de abandonar a tu familia? No te mantiene despierto por la noche, ¿Qué hiciste?

Betty no pudo evitarlo. Su curiosidad crecía demasiado. A pesar de los obvios esfuerzos de Jughead por mantenerla fuera de la vista, ella levantó la cabeza, tirando de su brazo para llamar su atención.—¿Jug?

—Cállate, Penny.—Betty no sabía qué él podía hablar con tanto odio. Su mirada se trasladó a la mujer, observando cómo la burla se convertía en una sonrisa abierta, entrecerrando los ojos peligrosamente. El puño a su lado tembló.

—Oh, tu pequeña novia no lo sabe, ¿verdad?—Penny apartó los ojos de Jughead y sonrió a Betty.—Es una pena.

—¿Sabes qué?—Betty cuestionó. Mantuvo sus ojos en Jughead, viendo como su mandíbula se endurecía y el músculo de su cuello se contraía. Ella le dio un pequeño tirón al brazo.—Jug, vamos.

One Week // Bughead.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora