El amor de mi vida

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—Navegamos en las aguas de La Nación del Fuego... De todas las tonterías que has hecho en tus diecisiete años Príncipe Hiro,
¡¡Esta sin duda es la peor!!

—No tengo otra opción Tadashi.

—¿Acaso has olvidado que El Señor del Fuego te expulsó?... Podrían atraparte.

—No vengas conmigo, tu tampoco serás bien recibido.

—¡¡Hiro!!...— le regaño.

—Voy tras el Avatar, mi padre comprenderá porque regreso a casa.

—¡Lo estás subestimando!, mi padre no es del tipo comprensivo...

Rara era la vez cuando Tadashi alzaba la voz con un tono serio al hablar,
Hiro solamente le ignoro.

—Ahí está .....—dijo observando al alebrije a través de su catelalejo, se giró para dar la orden—¡¡A TODA MÁQUINA.!!

Miguel volteó hacía abajo.

—¡¡Marco, hay problemas!!

—¿En serio? ¡Qué sorpresa que puedas notar cuando ALGUIEN tiene problemas!

—¡¡¿Esto es por lo de anoche?!!¿Podrías olvidarlo?¡¡Ese Maestro Fuego nos está persiguiendo otra vez!!-—gritó Miguel

—Aguas ¡AGUAS!—vociferó Leo.

—Di flamas ¡FLAMAS!—Marco le reclamó, descargando su mal humor en Leo.

—¡¡Es cierto, viene muy rápido!!—
aulló Miguel.

—Ohhh ¿El viene rápido?, Ni siquiera le hablas y el ya viene rápido.
Tu y yo nos conocemos desde 15 años y "Voy muy rápido"
¡¿No prefieres que el sea tu novio?!

—¡¡Si digo que si..... ¿Te callas?!!

Marco furioso por su respuesta, jaló más fuerte de las correas para que Appa se diera prisa, haciendo que a propósito Leo y Miguel se tambalearan hacia atrás por el impulso, cayéndose.

Desde la cubierta del barco, el piso se abrió en dos, elevando una catapulta ya cargada de munición.

—Por favor Príncipe Hiro ¿No podrías lanzarle algo que no huela tan mal?— dijo Tadashi con un abanico para espantar el olor.

Hiro disparo de su mano una flameante llama hacia la bola con viscosidad.
Esa era el arma.

—Blanco listo...¡¡¡FUEGO!!!

—¡¡Marco!!

—¡¡YA LA VI!!—grito molesto, jalando las riendas esquivando la bola de fuego.

—Tenemos que alejarnos de el Maestro Fuego antes de que lance otra bola apestosa.—pidió Miguel acercándose al asiento del conductor.

—¿Podemos hacer que Appa vaya más rápido?—preguntó Leo.

—Si, pero tenemos un problema.— su voz se agravó.

Hiro, al igual que el escuadrón de Miguel, miro al frente, su cara palideció y sus ojos se agrandaron al ver qué unos barcos estaban apareciendo desde la vista periférica que tenía desde el barco.
Rodeaban en círculos dos filas de barcos la frontera marítima.

—¿Un bloqueo?....—dijo casi exhalando.

—Aún seguimos en aguas del reino de la Tierra... —dijo Tadashi tomando su mentón mientras pensaba.—Si regresas, no podrán arrestarte.

—Sí vamos al norte pasaremos los barcos de La Nación del Fuego y esquivaremos el bloqueo.— ideó el ojos miel.

—¡¡Pero no hay tiempo!!—exclamó Leo.

AVATAR HiroguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora