Nieve y Cenizas

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-¡¡¡¿Que le está pasando al estómago de mamá?!!!

-Nada ..... Solo está embarazada.

-¿Pero porqué está tan gorda?

-!!!Oye, eso no se dice!!!

-Pp.. perdón Mamá Ele....ehhh ... Elena.

-Mira Marco.....
Lo que pasa es que tengo un bebé en mi estómago y...

-¡¡¡¿UN BEBÉ?!!!- Interrumpió Marco.

-Si... Y ese bebé será tu hermano menor. Ese hermano te cuidará, y tu a el, y más importante...
El siempre te amará.

Al oír eso, los ojos de Marco se agrandaron.
¡¡¡¿Un hermano te ama?!!!
¿Te da amor?
¿Eso se come?
¿Es bueno?
¿No te grita cuando te subes a los pingüinos y gritas ¡¡¡ÁRRE!!!?

Pero espera....

Algo nubló la alegre expresión de Marco, una duda.

-Emmm.... ¿Mamá?

-¿Qué pasa?

¿Y si....... "Tu hermano" no me ama jamás?
Yo ..... Eso me pondría triste....
Yyyy..yo...yo- Marco empezaba a llorar.

-¡¡¿Tu hermano?!!- Interumpió Elena- Primero, "Tu hermano" no es siquiera un nombre, segundo....

-¡¡¡Mamá!!!, solo tiene dos años.

-......

-Marco....- Dijo suspirando antes de continuar- El te amará.

Entonces prosiguió a abrazarlo estando ella en la cama y Marco en el otro extremo.

-Ademas, toca.... Aquí podrás sentir como tú hermano respira.

Agarrando la pequeña mano de su hijo y dirigiendola a su vientre, Marco sintió algo moverse.

Marco se asombro tanto que no pudo evitar preguntar:

-¡¡¡¿Mamá, como sacamos a "Tu hermano" de alli?!!!
¿Es invisible?, ¿Se quedará ahí para siempre?, ¿Puede volar?
¿Le da mucha hambre?

Ella solo pudo soltar una carcajada.

-Ay Marco, su nombre será Miguel, el es un angelito, será tu angelito.

-¿Mamá?

-¿Si?

-¿Puedo quedarme aquí para estar junto a Miguel?

-Pero debes descan..- Protestó Elena.

-Esta bien madre, deja que Marco se quede.

Elena solo la miró preocupada, pero cedió.

-De acuerdo, solo recuerda que llevas dos meses y medio de embarazo.

-Lo tengo en mente.

Elena se retiró, Marco nunca aparto la mano de la panza de su madre.
Ella solo acariciaba la cabeza de Marco mientras esté sentía a Miguel.
Tan emocionado estaba, que quería que naciera ¡¡¡YA!!!.
Le gustaba sentir a Miguel moverse, parecía un pez.

Su alegría era tan fuerte, que empezó a sentir cosquillas en su mano, y sin aviso alguno, está empezó a transmitir un luz dorada y brillante, que iluminó la sangre que estaba dentro del vientre, trasluciendo así la forma del feto.

Volteó a ver a su mamá, que esta estaba ya tan dormida, que dejó de acariciar el cabello de Marco, era evidente que estaba en completa paz, que su ser estaba relajado.

Marco no quería despertarla, así que siguió sintiendo a Miguel.
Este era pequeño y seguía un poco deforme, pero esa cosa tal vez un poco acuática daba amor, que era lo importante.
Marco no dudó en apreciarlo, era muy feo....

AVATAR HiroguelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora