WereWolf

5 Los Nuevos

Mack

Jessica estaba organizando una fiesta en su casa, y yo como su mejor amiga, me pidió que la  ayudara. Obviamente acepte.

Estábamos hablando sobre eso, mientras que el salón era un desastre. Nuestra maestra, la Srta. Collins, faltó por algo una consulta médica y no había nadie para suplirla. Había, incluso, chicos jugando fútbol. Hasta que un chico entró casi gritando─Viene la ''Suricata''─el cual, era el apodo para la subdirectora.

Todos corrieron a sentarse y junto antes de que entrara, todos estaban bien sentados y callados, incluso el balón de fútbol desapareció de la vista, comportándonos como angelitos.

─Buenos días, jóvenes.─dijo la subdirectora.

─Bueeenos dííaaass─dijimos todos tan lento como si estuviéramos en cámara lenta, mientras nos parábamos en nuestros lugares.

─Estos son sus nuevos compañeros de clase─dijo señalando a un chico y una chica que estaban entrando por la puerta y se detuvieron en el umbral.

La chica era un poco más baja que el chico, sólo un par de centímetros, llevaba unos converse negros, jeans oscuros, una blusa morada y una chaqueta de mezclilla. Su cabello estaba suelto y era ondulado y castaño. Su cara estaba muy seria y parecía una de esas chicas que te matan con la mirada, literalmente, de esas bravuconas que no se dejan llevar por nada ni nadie.

El chico llevaba casi lo mismo que ella, pero en vez de morada, su playera era negra y no tenía chaqueta. Su cabello era negro y un poco rizado. Y su expresión era de aburrimiento. Ambos llevaban colgadas sus mochilas de un hombro y eran del mismo color que sus playeras. ''que ñoño'', pensé, quién querría llevar una mochila del mismo color que tu ropa.

─Espero que los traten con respeto y que se hagan amigos, todos ustedes.─dijo la subdirectora, resaltando lo último para dejarnos claro que todos teníamos que ser amigables.

─Si tienen alguna duda o queja─dijo, dirigiéndose hacia los nuevos con una sonrisa─pueden consultarme en mi oficina en cualquier momento.

─Gracias─respondieron ambos al unísono.

Cuando la ''Suricata'' salió y nos dejó de nuevo solos, el salón volvió a convertirse en un caos. Chicos gritándose a otros por sus apodos, chicas reuniéndose para chismear o hablar con sus novios, y el balón de fútbol volvió a aparecer.

Miré hacia los chicos nuevos y los descubrí mirando en mi dirección, o al menos eso parece. Ambos tenían la misma mirada, como si pudieran atravesarte y ver dentro de ti. Bajé la vista, me sentía como si estuviera siendo vigilada.

─Miren que tenemos aquí─dijo Erick lo cual llamó la atención de todo el salón.

Erick era el bravucón, el que le contestaba a los maestros y se escapaba de la escuela y trataba a todas las chicas que le atraían como si no valieran nada.

Estaba mirando y estudiando a los nuevos y los miraba como si fueran extraterrestres o como si nunca hubiera visto a un humano.

─Así que─dijo Erick─seamos amables, ¿Ok?. Comencemos por sus nombres─les hablaba como si fueran unos niños del kínder.

Ninguno de ellos habló. Solo lo miraron como si no les importara, y apuesto a que es así.

─Oye─dijo Marck, apareciendo entre la multitud─déjalos en paz.

─¿Y quién te crees tú para decirme lo que puedo y no puedo hacer?─dijo Erick enfrentando a Marck. Esto se va a poner feo.─Anda, responde si eres tan valiente.─dijo empujando a Marck hacia la multitud.

─Déjalo en paz o te romperé tu asquerosa cara─dijo la chica poniéndose entre Marck y Erick.

─Ja!─se burló Erick─ahora resulta que los nuevos tienen son más valientes ¿No?─empezó a mirar de arriba a abajo a la chica nueva y dijo─Aunque tu no estas nada mal.

─Ten cuidado con lo que dices─dijo el chico con voz un poco gruesa.

─Así que ahora todos se creen mas rudos ¿No?─dijo Erick.─A ver, ¿Quién de ustedes se enfrentará a mi?

─Escucha Erick─dijo Marck─nadie quiere tener problemas aquí y menos los nuevos─dijo mirando brevemente a los nuevos─Así que, cada quien haga lo suyo y supongamos que esta conversación absurda nunca ocurrió ¿Ok?

Antes de que Erick pudiera responder la Srta. Collins entró por la puerta interrumpiendo todo el drama. Menos mal, pensé, o esto hubiera sido todo un show.

─¿Qué rayos están haciendo todos de pie?─dijo la Srta. Collins casi gritando.

Todos nos quedamos paralizados, incluso Erick y los nuevos.

─Siéntense todos, ¡YA!─grita la Srta. Collins.

Todos corremos a sentarnos en nuestros respectivos lugares, excepto los nuevos, se quedan de pie donde estaban. Ahora el chico colgó la mochila en ambos hombros.

─Ustedes deben de ser los nuevos─dije la Srta. Collins─¿No es así?

Ambos asienten.

─Bueno, entonces─dice la Srta. Collins─háganme el favor de presentarse ante la clase. Si no es mucha molestia.

Los nuevos se miran entre si, y el chico le indica a la chica con la cabeza que pase ella primero. Ella rueda los ojos, se pone en medio de la pizarra y empieza a hablar.

─Mi nombre es Kris Jones, tengo 17 años, estudio artes marciales mixtas y adelanté un año en secundaria.

Se hace a un lado para que el chico que ponga donde ella estaba y haga lo mismo. Parece que el de verdad odia esto, porque su cara no refleja nadamás que aburrimiento. excepto cuando Erick le dio una ojeada a Kris.

Camina lento y sin ánimo, se posiciona y dice casi lo mismo que Kris.

─Me llamo Josh Reyn, tengo 19 años, estudio artes marciales mixtas y me salté un año antes de entrar aquí.

Me quedé un poco desconcertada por lo iguales y a la vez lo diferentes que son ellos dos. Me siento más atraída de saber cómo es que ambos hacen lo mismo, pero también lo contrario. De saber cómo Kris logró entrar aquí a los 17 y Josh a 19, ¿Es eso posible?. La voz de la Srta. Collins me saca de mis pensamientos.

─¿Ambos son de aquí?─pregunta. Ambos asienten.

─¿Ya se conocían antes de entrar aquí?─vuelven a asentir.

─De acuerdo, tomen asiento y presten atención a la clase por favor.

Ambos se sientan junto a Marck, le deben de tener lástima por lo que paso antes, y guardan silencio.

Por alguna extraña razón, siento que ellos ocultan algo. Sus miradas, sus formas de vestir, de moverse, de hablar. Todo parece de otro mundo. Tengo que investigar, me digo a mi misma, tengo qué saber quiénes son ellos.