Capítulo 9

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Castigo

La abrumadora alarma empezó a resonar en su todavía dormida cabeza.

De mala gana se obligó a abrir los ojos descubriendo así la escasa luz de la mañana. Frunció el entrecejo confundido. No debían pasar las seis de la mañana. Se incorporó cuidadosamente de su cama, despertando a Josh de paso.

—Dijiste que no estábamos en el ejército. —bromeó Josh.

—Sí, bueno, pero estamos castigados. —repuso Drake.

—¿Castigados? ¿Pero cómo?

—Pues... mejor date una ducha y arréglate, te explico después. —dijo rápidamente Drake.

Josh le hizo caso y se metió al baño junto con un cambio de ropa. Una vez bajo la fría agua, intentó despejar la mente. Recordó lo ocurrido el día anterior, luego se preguntó si había subido bien el informe que le tocaba escribir ese día. Apenas logró hacerlo en su teléfono por la noche, antes de que Drake le leyera ese cuento. Su voz era suave y tranquilizante, leía con tono armonioso, tanto que te adormecía al escucharlo.

Entonces rememoró un poco de lo que le dijo a Drake el día anterior. ¿Y si fue precipitado? ¿Y si ahora Drake prefería guardar las distancias? ¿Y si ahora Drake se sentía incómodo con su presencia? No, tenía que quitarse esos pensamientos pesimistas, y tener confianza en sí mismo. Era raro para Josh tener que darse alientos de motivación, pues normalmente la suerte estaba de su lado y todo salía de maravilla.

Un vago recuerdo empezó a instalarse en el medio de sus pensamientos. Dolor en su cuerpo, el mismo dolor que no le dejaba dormir. Y una canción que comenzó a resonar dentro de su cabeza, una canción conocida pero... ¿Acaso Drake le cantó en medio de su dolor para tranquilizarlo? La sola idea, era un tanto descabellada. Pero tenía que haber sido él. Y entre más se repetía en su mente la voz de la canción y el momento, el recuerdo se solidificaba más y más.

Salió de la ducha y se empezó a vestir, tratando de olvidarse del asunto. Sin embargo, consideró una buena idea repasar lo que diría a Drake ese día. El avance que tenía que tener.

—¡Apúrate! —se escuchó la voz de Drake desde el otro lado de la habitación.

El pelinegro terminó con su labor, y salió del cuarto de aseo con una sonrisa. Drake desvío la vista a otro punto de la pared, pensando que era muy injusto que el otro lo pusiera en aprietos al verse jodidamente bien salido de bañarse. 

Drake entonces empezó a explicarle todo, desde cómo fueron encontrados, hasta cómo fueron culpados de desobedecer ordenes.

—¡Pero fue culpa de ellos! —exclamó Josh indignado, ambos es encontraban camino con el superior del lugar —¿Qué íbamos a saber que traspasamos la zona delimitada si nunca vimos sus mentados letreros?

—Exacto —concordó Drake—además de que aún fuera de "lo establecido", había un libro más, por el que te caíste.

—Esto es increíble. —secundó el pelinegro, luego sonrió — He sido castigado, en mi castigo.

— Tienes razón. ¿Te castigarán tus padres por haber sido castigado en tu castigo? —preguntó riendo.

Josh empezó a reírse también.

—Casi estoy deseando que pase para la anécdota.

Cuando llegaron a donde se suponía debía de estar el superior, vieron cuánto contrastaba con el resto del bosque. Tenía una estructura común de alguna casona de ciudad, esta se encontraba solo un poco alejada de las cabañas.

Fueron recibidos por una señora de edad avanzada, con una expresión aparentemente amable. Pero pronto, fue reemplazada por una seria boca y dura mirada. Drake y Josh se vieron de soslayo proporcionándose apoyo mutuo.

Como si nunca le hubiera conocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora