Prohibición.
No estaba entendiendo una maldita mierda. No podía procesar tanto en tan poco tiempo. De pronto el peso sobre mí se desvaneció, acompañado de un gruñido. Con temor me incorporé y voltee para enfrentarlo. Entonces volvió a acorralarme contra la pared, con una respiración pesada y ojos inyectados de sangre.—Ni una sola palabra de esto ¿entendiste? —siseó—Tampoco es que puedas ser quisquilloso considerando tu aspecto, deja de verme con esa estúpida mirada de cachorro asustado, das asco.
Como pude me zafé de su agarre y con mi mano lo empuje con todas mis fuerzas y mordí su mano para que me dejara ir.
—¡Argh!
Salí corriendo directo a mi mochila, rezando porque alguien entrara y así tener más tiempo y vestirme propiamente. Sorprendentemente, no hizo falta eso porque Robert no vino detrás de mí, en cambio vociferó.
—Maldita rata, si dices una sola palabra de lo que pasó aquí te juro que destrozaré tu vida y te arrepentirás de haber nacido.
Y con un golpe contundente a los casilleros se dio media vuelta para irse al otro lado de vuelta a las regaderas. No estaba entendiendo nada, pero no estaba dispuesto a quedarme y averiguarlo.
La puerta se abrió de la nada, y mientras me terminaba de vestir intentando no temblar más para poder apurarme, el profesor de gimnasia alzó la voz.
—¿Por qué tanto tiempo Bell? La clase terminó hace casi 20 minutos —Un sonido sordo de algo cayéndose lo distrajo de su regaño y se adelantó unos pasos para ir a la zona donde el cobarde de Robert se había escondido. Balbuceó algo que no entendí, y entonces el profesor regresó por sus pasos y me observó detenidamente. Realmente no sabía el aspecto que tenía, pero no debía ser bueno porque la expresión del profesor se distorsionó con preocupación.
—Vístanse de inmediato. Los quiero en mi oficina en cinco minutos.
Esas palabras fueron como una fórmula mágica para Robert, quien salió disparado a su casillero y se vistió tan rápido que olvidó que yo estaba ahí. Me gustaría haber podido hacer lo mismo, olvidar que estaba ahí, que me golpeó o lo que pretendía hacerme. Pero no podía, y mis temblores no disminuyeron. Me daba asco, me hacía querer llorar. Pero no debía hacerlo, no debía darle esa satisfacción.
Seguimos en silencio, juntos caminando hacia el cubículo del profesor, y aunque me negaba a voltear a ver a mi acompañante, este me detuvo bruscamente del hombro y me dedicó una mirada cargada de amenaza. Como recordándome lo que me había dicho sobre decir algo. Oh, Robert, no soy idiota, y aunque esté temblando como uno, tampoco echaría por la borda mi pobre vida estudiantil por ti.
Una vez dentro, el profesor nos indicó que nos sentáramos.
—Ya que están aquí vestidos, díganme qué sucedió ahí adentro. —nos miró duramente. ¿Por qué? ¡Yo había sido el atacado!
—Ésta cosa me estaba espiando, y creo que se estaba tocando mientras lo hacía. Me dio tanto asco que no pude resistir el impulso de golpearlo por marica.
¿¡Qué demonios sucedía!? ¡Eso era mentira! Abrí mis ojos atónito. Rogaba a todas las deidades del universo porque el profesor no le creyera. Y gracias a Dios, creo que notó mi cara, porque miró burlón a Robert.
—¿En serio quieres que me crea eso? —cuestionó calmado.
—P-pues, es... es la verdad... —¡Sí! Titubea todo lo que necesites y demuestra que la suerte no estaba del todo en mi contra.
—Sé que lo debiste haber amenazado, así que no te voy a preguntar nada al respecto Drake —me miró suavemente —Por lo que no voy a hacerles nada a ninguno de los dos .
¿Qué?
—Sin embargo, si Drake llega golpeado mañana, o pasado, o cualquier día de su preparatoria aquí. Lo reportaré a usted señor Harris —señaló a Robert con su dedo —, como el autor de las lesiones de Drake. Y lo haré como si yo mismo hubiera estado presente.
—¿¡Qué!? ¿Pero qué tal si lo golpean fuera?
¿Así, o con menos neuronas?
—Me va a importar muy poco. Así haya pasado un año, yo lo reportaré, cobrándome ésta que sí vi. Ahora fuera.
Robert estaba que se lo llevaba el diablo. Yo sólo sonreí con disimulo, antes de salir, murmuré un gracias para el profesor. Salí al vacío pasillo creyendo que Robert ya se había ido pero, de nuevo, unas manos me agarraron por el cuello de mi playera, empujándome contra la pared y levantándome un poco sobre el suelo.
—No me importa lo que diga ese viejo, si mencionas una sola palabra de esto, tú me la pagarás muy caro y lo lamentaras.— escupió con voz grave. Me soltó sin el más mínimo cuidado, y se encaminó al otro lado del pasillo.
Podía sentir lo rápido de mis latidos por todo mi cuerpo, una gran angustia creció dentro de mí. ¿Me golpearía? No lo creo, él no se arriesgaría a ser expulsado... entonces, ¿Qué haría?
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Como si nunca le hubiera conocido.
Fanfiction| Drake & Josh/Yaoi| Drake encuentra su primer amor en el momento incorrecto. Josh se enamora por primera vez en el momento justo. [Historia con temática gay] [Esta obra esta llena de clichés románticos, pero con Drake & Josh protagonizándolos ;)] ...