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En algún lugar en el espacio,
5000 A.C Mesopotamia...

Halia abrió los ojos inconsciente.

Observando a su alrededor se dio cuenta de que habían 10 personas acompañándola, al igual que ella aún no estaban tan conscientes de lo que ocurría.

Todos en en esa sala eran desconocidos unidos por una misión. Proteger la tierra.

-Es hora de empezar- dijo la voz de una mujer a lo largo de la nave... domo.

Halia vio como los eternos instintivamente fueron a sus lugares alrededor de una gran sala, sin darse cuenta ella también fue hacia su lugar en esa sala, unos largos rayos dorados se deslizaban por su cuerpo formando algún tipo de traje, cada uno con diferentes formas y colores.

Todos se presentaron unos a otros, Halia decidió alejarse e investigar el domo en el que se encontraba.

En un gran ventanal se podía observar la tierra, el lugar de los humanos.

Halia se acerco con gran euforia admirando la vista hacia la tierra desde el domo. Ella sentía que ese lugar podría ser magnifico e increíble.

-¿Qué es lo que observas con tanta admiración?- interrumpió la voz de un chico.

-La tierra- respondió Halia- pienso que debe ser muy agradable- Halia al verlo, vio que era un chico pelinegro con ojos azules, al examinarlo no podía dejar de ver la profundidad de esos ojos azules.

El chico pelinegro se acerco aún más para admirarla, sentía algo especial en ella. Una conexión.

-Espero que sea de esa forma, los humanos deben ser sorprendentes- respondió, aún observándola.

-Por cierto soy Halia- dijo la castaña con una sonrisa amable.

-Un hermoso nombre para una hermosa chica- dijo el pelinegro sin dejar el contacto visual.

Halia se sonrojo por el comentario bajando la mirada.

-Y ¿tú?- preguntó Halia -¿cuál es tu nombre?.

-Mi nombre es Druig- respondió.

-Mucho gusto Druig- dijo Halia con una mirada cálida.

-El gusto es todo mió Halia- respondió Druig con una sonrisa amistosa.

-Y Druig ¿cuál es tu poder?- preguntó Halia

-Puedo controlar mentes y algunas cosas más que aún no descubro.

-Tu poder se escucha maravilloso.

-Debe serlo, aún no lo utilicé, ¿Y el tuyo? ¿Cuál es el poder de la hermosa Halia?- preguntó Druig.

-Yo puedo mover objetos con mi mente- Halia movio su mano hacia unas piezas que se encontraban cerca del vental, las piezas empezaron a flotar alrededor de ellos -Ambos jugamos con la mente- dijo Halia dejando caer las cosas en lugar donde estaban.

-Yo controlo la mentes y tu puedes mover objetos con tu mente, sorprendente- dijo Druig, le fascinaba como en tan poco tiempo de conocer a Halia podia ser tan segura de si misma y tambien con sus poderes.

Entre sonrisas, sin darse cuenta ya estaban mucho más cerca de aquel planeta al cual tendrian que habitar en los proximos años.

Ambos miraron hacia la tierra, observaron los hermosos colores que tenían frente a ellos, el blanco de las nubes, el azul del mar, el verde de los bosques y selvas.

Todo era una hermosa sensación por conocer, un mundo nuevo.

Un mundo al que tendrían que proteger de los desviantes.

Nota de la escritora:

Espero que por el momento les guste, ya que apenas son los primeros capítulos y estoy emocionada ya que tengo muchas ideas para este fic, uwuuuii.

Espero que por el momento les guste, ya que apenas son los primeros capítulos y estoy emocionada ya que tengo muchas ideas para este fic, uwuuuii

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Y este es el traje de Halia, sin el escote wuiiii.

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