— Yo... No puedo más — mi voz salía en un susurro imposible de oírse mientras mis lágrimas corrían incontrolables sobre mis mejillas. Y ahí estaba ella, que me miraba con su ceño fruncido y ese dolor indescriptible que empezaba a formarse en sus ojos... Ese dolor que me hizo arrepentirme y sentirme si es posible el doble de peor de lo que ya me sentía.
— ¿Qué quieres decir con eso? Por favor, que no sea lo que estoy pensando... Amor, tú no puedes hacerme esto, tú me amas, ¿Verdad? Me hiciste una promesa. Prometiste que siempre estaríamos juntas, pasase lo que pasase, que pelearíamos con y contra todo el mundo si era necesario por salvar lo nuestro y estar bien. Me dijiste que ibas a protegerme y no dejarías que nadie me lastimé... Por favor, piensa bien las cosas, podemos con esto y más. — mi llanto no dudó en intensificarse, cada palabra que salía de su boca me producía aquel recuerdo, dónde yo misma le había profesado esas palabras, y me dolía ... Me dolía tanto que ahora no pueda cumplirlas, me siento una maldita mentirosa y eso está mal, sabía que no estaba segura de poder cumplirla si o no... Pero me prometí a mi misma que lo intentaría, sin embargo, creo no podré hacerlo.
Ella quiso acercarse a mí, pero retrocedí al ver su intención, no quería tenerla cerca, bastaba con el dolor que le estaba causando ahora mismo, no podía hacerlo más peor.
— Aléjate por favor Jennie, detente. — dije, con pesar en mis palabras — lo siento, pero quiero protegerte, no quiero que nadie te haga daño por mi culpa. Sé que esto no es lo mejor pero es lo correcto, lo hago por ti. Tal vez ahí afuera encontrarás a alguien mucho mejor que yo y te de todo el amor y cariño que mereces... Un buen hombre, no yo, una mujer que no puede defenderse ni a si misma siquiera.
Ella me miraba incrédula, sus ojos llorosos inyectados en sangre clavados en mí, tratando de procesar mis palabras y este momento, segundos después, escuché una ronca carcajada salir de lo más profundo de su garganta, claro está, carente de gracia.
— Eres una imbécil, ¿Lo sabes?. No entiendo esto, primero me prometes miles de cosas porque creí que me querías en tu vida tanto como yo te deseo en la mía, que me querías y amabas tanto como yo lo hago desde el primer día en que te vi, pensé que todo estaba perfectamente bien entre tú y yo... Pensé que eras la más fuerte de las dos, se supone que la débil aquí soy yo, ¿No es así? Que la que tiene miedo a perderte soy yo, que encuentres a alguien más perfecto y sea más adecuado para ti, a alguien que no tiene gracia así como yo que pretende formarse a base de las opiniones de los demás, quien desea cumplir los estúpidos estereotipos que la sociedad ha creado por tanto tiempo... quien no sabe que hacer con su vida que solía ser patética justo antes de conocerte, porque así era yo antes de ti, alguien común y corriente con una vida sin chiste en este mundo y lo más raro al mismo tiempo. Me siento estúpida, me siento tan idiota por haberme tragado tantas mentiras tuyas y creerlas, me siento tonta porque creí que esto llegaría hasta siempre... Pero ahora vienes y me dices que no puedes más, que quieres rendirte y que solo lo haces porque quieres protegerme... Pero sabes, ¡TÚ MISMA ME ESTAS JODIENDO! ¡ME ESTAS DAÑANDO MÁS DE LO QUE UN SIMPLE IMBÉCIL EN ESTE MUNDO LO HARÍA!
Y... Me derrumbe.
— Eres una egoísta. Solo estás pensando que esto es lo mejor para mí cuando ni siquiera sabes cómo me siento respecto a esta situación, no sabes que esto me está doliendo peor que miles de puñetazos en el rostro. Me estás rompiendo en mil pedazos ... Yo no lo acepto... No lo haré.
— ¡Jennie, es lo mejor! — alcé la voz entre medio del llanto, y ella enfureció más — ¡MIERDA, QUE NO LO ES!. — exclamó, olvidando su propio llanto por un momento.
— Si este es un estúpido plan para que me alejé de ti ni de joda lo voy a hacer... Si crees que al alejarme de ti estaré mejor y podré seguir con mi vida, pues más tonta no podrás serlo. A quién amo es a TI, a quién deseo en mi vida es a TI, a quién quiero conmigo siempre es a TI, y quién me hace feliz eres tú, y no habrá nadie más, si tú te vas nadie podrá llenar el vacío que dejaras en mi corazón Lisa, que te quede claro... — y esta vez, comenzó a tranquilizarse — para mí tu eres el amor de mi vida, eres quien hace de mis días peores los mejores, eres esa luz que es vital en mi camino, tú eres quien me hace brillar, quien me hace sonreír y tener ganas de luchar con quiénes quieran verme abajo, esto que tenemos es tan fuerte y hermoso que nada podrá derrumbarlo fácilmente, y si tú te cansas, no te preocupes amor mío, que yo podré con esto y seguiré adelante por las dos, porque ... No hay nada mejor que lo que tú y yo tenemos.
Una sonrisa triste apareció en su rostro... No podía creer todo lo que había escuchado en ese momento, me sentí estúpida de pronto. Cada palabra suya logró que entrara en razón.
Lo siguiente que hice fue correr hacia sus brazos y abrazarla tan fuerte como pudiera, ella rápidamente correspondió y me abrazó también.
— Nini... Perdóname por favor, lo siento, lo siento, lo siento mucho, yo... Tengo mucho miedo, mis inseguridades se abrieron paso y crearon muchas cosas malas en mi cabeza, por favor, quédate conmigo, no te vayas, yo te necesito. Tienes razón mi amor, podemos con esto y más.
Mi cuerpo se aferraba a ella no queriendo soltarla, las dos llorabamos de manera desconsolada, estuvimos así durante un largo rato, hasta que ella dejó de abrazarme para tomar mis mejillas y hacer que la mirara directamente a los ojos.
— Mi vida hermosa. Mi Lisa. — en su mirada percibí una ternura abrumadora que me hizo estremecer completa. Fue ahí donde lo entendí todo... Ella me veía como su mundo entero, ella me amaba y estaba dispuesta a luchar a mi lado para que esto funcionara y fuéramos felices.
— Solo no digas nada. Quiero que te quede claro muy bien esto que voy a decirte...
Yo te amo Lisa, más que a mi propia vida, y aún así decidieras seguir con esto en pie y alejarte, no podrías librarte de mí tan fácilmente — rió bajito al mencionar lo último — yo sé que me amas tanto como yo, y eso me bastará para seguir luchando por ti, seguiría peleando hasta quedarme sin fuerza alguna, porque eso hacen las personas cuando aman a otras, luchan y luchan hasta dar el último suspiro... Yo sé que esto es para siempre, y desearía que pudieras caer en cuenta de lo mucho que significas para mí, si tan solo pudieras ver a través de mis ojos te darías cuenta de todo lo que provocas en mí con tan solo tenerte cerca.
Cuando te conocí, juré que no había visto algo más precioso en este mundo que tú, supe desde ese momento que, debía hacer algo para que estuvieras conmigo y te quedarás siempre a mi lado, y ahora que lo estás... No pienso dejarte ir NUNCA. Quiero que tu amor prevalezca junto a mí hasta el fin del mundo si es posible eso.
Lisa...Su mirada logró que me perdiera en lo más profundo de su ser, su rostro se fue acercando peligrosamente al mío, más no me incomodaba para nada, sentía una sensación ya conocida en mi interior, mi corazón aceleró ferozmente, y todo esto era provocado por ella con tan solo sentir su cercanía junto a mí... Este sentimiento que sabía que no podría sobrevivir sin él si ella se iba de mi lado, ella tenía razón... Yo la amaba y la sigo amando, pero a veces mi mente me traiciona y me hace decir cosas por el miedo que siento al que ella se vaya de mi vida y decida alejarse, que vaya a romperme en mil pedazos.
Pero ahora, ella me ha hecho ver la realidad, y ésta vida es un gran riesgo... riesgo que estoy dispuesta a correr junto a ella, porque se que todo lo que hagamos, valdrá la pena infinita.
Su voz profunda me hizo volver de nuevo en sí.
— Lisa... Déjame hacerte feliz amor mío, déjame demostrarte que esto que siento por ti es tan fuerte y verdadero, que no será necesario tantas dudas y miedos en esa cabecita tuya, voy a hacerte ver con hechos que tomaste la mejor decisión al darme el "sí" aquel día que te pedí ser mi novia, y que no te arrepentirás tampoco cuando me dez el "sí, acepto" el día que pida tu mano para unir nuestras vidas para siempre.
Y así fue cuando unió sus labios con los míos en un profundo y mágico beso...
Y ese gesto me hizo sentir segura, me hizo volver a creer...
— Si Jennie, hagámoslo.
Porque no habrá... Nada como nosotros.