Nuestro primer encuentro fue de lo más común hoy en día. Sin una conexión que nos uniera más que meramente familiar. El día que te conocí, sentí una ligera curiosidad por ti, pero no algo más.
Ahora que lo vuelvo a recordar de nuevo no puedo evitar sonreír y porque no, con también un poco de nostalgia contenida; no me imaginaba ni por tanto que después de algo tan natural e insignificante pudiera convertirse en algo fuerte y profundo como lo fue en su momento, al menos y para mí, sin duda lo fue.
Más sin embargo, no deja de ser algo doloroso y hermoso al mismo tiempo, hoy me siento como la típica frase de “ Teniendote cerca y a la vez tan lejos ” joder, me duele, y mucho. Tienes idea, ¿De cuántas veces he querido volver a tenerte? ¿Volver a abrazarte? ¿Volver a hablar de la manera en que hablábamos? ¿Volver a tener tu cariño? ¿Por qué si lo tuve alguna vez, verdad? Yo quiero creer que si, porque el tener tu atención para mí era como tenerlo todo.
Eres malvada, ¿Sabes? Te llevaste muchas cosas de ti que me hacían feliz y ahora solo he quedado triste y extrañandolas todos los días. Me parece poco justo, más bien NADA JUSTO. ¿Por qué eres así? Me diste todo pero solo por un lapso muy corto. Había miles de cosas que había planeado poder hacer junto a ti, y te juro que eran tan preciosas e increíbles que si supieras de ellas te habrían encantado de solo escucharlas.
Pero, ¿Por qué tuviste que tener miedo? ¿Por qué no pudimos intentarlo? ¿ Por qué preferiste dejarlo de lado y huir?
“ Si tan solo lo hubiéramos intentado... ”
Sin duda alguna se convirtió en la frase que más odio en la vida.