El inesperado regreso de la doncella había sido un alivio para sus compañeros dentro del castillo de Bucarest, la creían muerta desde que la princesa volvió herida al castillo. Las amigas y colegas de Peggy preguntaban cómo era el paisaje paradisíaco del distrito costero, pero sobre todo le preguntaban sobre el ataque. De su boca salían maravillas utópicas como respuesta. Claro que todas las chicas provenían de diferentes distritos, menos de aquel al cual consideraban como un paraíso. Los ojos de cada una se mostraban ilusionados al escuchar cada adjetivo que la doncella usaba para describir el lugar. Había sido una tarde de confidencias donde reían e inclusive se imaginaban formando sus vidas alejadas del servicio en el castillo.
—... A la princesa también le gustaba pasear por la arena— dijo Peggy.
Su mirada cambió de emoción a confusión sin pasar desapercibido por las otras doncellas. Se debatía internamente si eso debía salir de su boca, pero era algo que sus ojos habían presenciado en más de una ocasión.
—¿Qué pasa, Peg?— preguntó Dolly, ya que era la más emocionada al escuchar las experiencias del pequeño viaje de su compañera y fue la primera que notó su cambio de humor.
Las otras se alarmaron, dejando todo lo que estaban haciendo en ese tiempo libre.
—Nada. Es sólo que ocurrió algo bastante extraño— dijo sin soltar el gesto confuso de su rostro. Las peticiones, debido al enigma que había creado, no se hicieron esperar de forma insistente a lo largo de unos minutos— No sé si deba contarlo...
—¡Has despertado nuestra curiosidad, mujer! ¡Es justo que ahora nos digas! ¡Moriremos por la intriga!— volvió a exclamar Dolly, en nombre de todas, quienes asintieron fervientemente— ¿Conociste a alguien?
—No, aunque me hubiese gustado que pasara— dijo un poco desilusionada— Es sólo que en una ocasión, la princesa fue a visitar la playa. Llevaba un sencillo vestido color azul, que es su color preferido. Pasaron las horas y regresó con un atuendo bastante diferente, eran ropas finas que jamás había visto dentro de su guardarropa y parecían extranjeras.
—Pudo haber llevado una cesta y esa ropa venía adentro...— mencionó una doncella con cierta obviedad.
—Sólo llevaba un libro y regresó, también, con una manta y algunos chocolates. Además de que unos días después, la princesa estuvo toda una noche y una mañana preparando diferentes postres que se llevó en una cesta.
Los ojos de todas se abrieron ampliamente y le acompañaron sonidos de asombro con pequeñas risitas cómplices.
—¡Alguien la está cortejando!— soltó Dolly con emoción, pero todas la silenciaron de inmediato — ¿Qué más puede ser? La princesa se ve a escondidas con alguien.
—¡Está enamorada!— dijo Anne con una emoción que tan pronto llegó, se desvaneció— Pero... ¿De quién?
—¿Creen que sea el rey Loki?— preguntó Peggy.
—No creo. Ya no ha llegado el mensajero real de Grecia.
Todas se quedaron con la duda y el rumor no tardó en cruzar cada pared del castillo hasta llegar a los oídos del consejero del rey, afortunadamente la princesa no se percató de ello. Bruce acudió de inmediato a decírselo a su majestad y sabía que sería otro problema más a la lista. Temía que fuese el monarca griego y que Rumanía estuviera a la mira de todos sus aliados para esperar lo peor. Banner se detuvo por un momento, antes de acudir con el rey Ikaris, ordenando adecuadamente sus palabras. Después de un par de golpes, se escuchó un adelante y asomó temerosamente su cabeza, el resto de su cuerpo entró de a poco.
—¿Qué sucede, Bruce?— le preguntó Ikaris al verlo tan pálido y jugueteando con sus manos.
El consejero tragó grueso y reunió todas sus fuerzas para comunicarle aquel rumor al monarca.
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LINAJE BARNES
أدب الهواةPRECUELA DE SER UNA BARNES 35 años antes de los sucesos de "Ser una Barnes". Antes de que la mayor de sus felicidades se convirtiera en su más grande decepción y tragedia, siendo la evolución de un matrimonio... El de los Reyes George y Winnifred Ba...