Peligro Mortal © [3]

9. KARMA

Mini maratón de tres capitulos, disfruten<3

"Sanas cuando dejas de regar jardines que no quieren verte florecer" D.S

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Amalia

La mañana refleja ser un día maravilloso, como lo es ahora cuando me pinto los labios color rosa pastel frente al espejo y dejo caer mis manos hacia los costados, aplanando el vestido casual que llevo junto a los pendientes de chispitas que adornan el look por el que me esmeré en este día.

El sol es un estimulante natural para la felicidad cuando brilla, sin embargo, al salir de mi departamento mi vista se ve empañada por mujeres que lloran junto a un ataúd que pasean en un pequeño auto, junto a soldados que custodian la carreta fúnebre, como si estuviesen listos para un ataque.

—No era tu tiempo, hijo mío, no lo era.

La mujer desconsolada cae de rodillas mientras otras tratan de levantarla y solo me dirijo dándole el pésame, cuidando que todos noten mi presencia.

—Lo siento tanto...

—No se acerque.—Un soldado me enfrenta.

—Solo busco ayudar, la pobre señora necesita algo de agua—las mujeres me sonríen mientras saco una botella de mi cartera—. Estoy con ustedes, encontraremos al asesino de su hijo porque somos una familia. Aquí no traicionamos ni herimos a nadie, esas costumbres las dejamos a otros. Ni Adrián ni yo vamos a permitir el vandalismo, la maldad y este tipo de bajezas.

—Encuentren al asesino de mi hijo, por favor.

—Haremos toro lo que esté a nuestro alcance. Lo resolveremos.

Dejo que se vayan teniendo en mente la noticia que despertó a muchos con la piel de gallina, el cuerpo de un muchacho que fue asesinado por un hombre encapuchado en una pelea clandestina (justo el día en el que Ángelo escapó de la mansión), lo cual asusta dentro de una nación que supuestamente se protege entre ellos.

Camino lo más rápido que puedo con miedito. Me limpio las manos que tocaron a la mujer pensando que el encapuchado tenía ganas de matar por lo que reveló la autopsia y que su sed era tan grande que dejó desfigurado al ahora cadáver, además de haberlo asfixiado con manos asquerosas, por lo que solo ruego que no vaya aumentar este tipo de ataques, ya que a Adrián ni siquiera le importó el caso.

Maldita sea, las 7:25 am, se me hace tarde.

El cocinero hizo el desayuno perfecto, las mucamas trabajan para que la mesa esté impecable y a las justas llego cuando los pasos de quien me importa se acercan junto a cinco ancianos, siempre con esa presencia que hace que todos nos quedemos sin aire.

—Buenos días—sonrío, adelantandome—. Mandé a preparar un rico desayuno. Espero que no les moleste. Por favor, siéntense.

Yamir me lanza una mirada de advertencia que ignoro sencillamente porque estoy haciendo algo que me nace.

—Comeremos algo en el núcleo. Gracias, Amalia.—Me responde quien dice es amigo de toda la vida, pero le devuelvo la sonrisa.

—¿Por qué comer en el núcleo si tengo todo listo aquí?—replico para luego mirar a quien me importa—. Saliste a correr temprano, Adrián, apenas y tienes tiempo para dormir ahora con toda esta preocupación del niño, por favor come algo...—le sonrío, también mirando a los demás—. Coman algo, sean todos bienvenidos.

La cara de los bol'she es algo que todavía me cuesta pasar con normalidad así que trago saliva con una sonrisa entre dientes, invitándolos una vez más a la mesa hasta que aceptan, siendo Adrián el único que pasa de largo por lo que lo detengo.