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🎬Narrador omnisciente:

El agua caía con lentitud sobre la curvatura de su espalda, cubriendo la piel con un caliente tacto. El espejo y la mampara del baño estaban empañados por el vapor, siendo algo imposible el verse en el espejo. La sonrisa burlona que permanecía en sus labios no era buena señal, pero Haiden estaba tan distraído lavándose el cabello, que no tenía tiempo para temer del aura que Hanma emanaba.

¿Qué hacían los dos en el baño?, fácil de responder. El butano era poco, y no se podían dar el lujo de intentar ducharse los dos en diferentes momentos. Habían llegado al apartamento, y nada más entrar por la puerta, el Kimura menor le había dado el aviso al alto de que iba a darse una ducha.

Estaba cansado, y lo menos que quería era oler mal por tantas horas de trabajo. Sentir el agua caliente recorrer todo su cuerpo, era un alivio para su piel, gozando de la tranquilidad del momento. No estaba atento a los movimientos de Hanma, por lo que cuando el de mechón rubio se metió con él en la ducha, se pegó un susto. Le miro por el hombro, observando cómo cogía el bote de champú y se echaba un poco de aquel líquido en la mano tatuada.

Suspiro con relajación, dejándose apoyar en la pared y percibiendo como las abrasadoras gotas caían desde la alcachofa del techo. Sentía el cuerpo de Hanma muy cerca del suyo, y eso le hacía sentir un tanto nervioso. Aunque lo dejo pasar, y le pidió a Shuji que le pasara el bote de jabón.

Su mirada escaneo por completo la figura más baja. Repasando con sus orbes dorados cada detalle que lo hiciera ver más lindo de lo que ya era. Sus intenciones no eran secundarias en ningún momento, y su única misión en eso momentos era hacerle notar a Haiden lo caballeroso que podía llegar a ser. Se giro mínimamente para observarlo por encima de su hombro, mirando con algo de burla como se giraba cual ventilador buscando el bote de champú.

-¿Necesitas ayuda?-Dejo descansar su mano en el hombro del teñido sintiendo bajo su tacto como aquella piel tan suave se encontraba tan caliente-

-¿Sabes dónde está el champú?-Su mirada algo borrosa se paseó por su alrededor antes de girarse a mirar a Hanma. Quien sin dudas le observaba con burla y ternura-

-Déjame hacer los honores-Se echó con cuidado algo de jabón en la palma de la mano-

Sus dedos se abrieron paso entre las hebras teñidas de morado. Masajeando cada lugar donde más placer le haría sentir a Haiden. Lo percibió echarse hacia atrás, dejado caer su cabeza en el torso marcado del mayor. Respiraba con calma, disfrutando de la amabilidad con la que Hanma acariciaba su cabeza.

Esas caricias y toques tiernos y cálidos, le recordó a su madre. Aquella mujer de cabellos negros como el carbón siempre le trata con extrema delicadeza. Desde la hora del baño cuando nada más tenía siete añitos, hasta cuando las pesadillas y los espeluznante y horripilantes pensamientos inundaban su mente y ella era la encargada de hacerlos desaparecer con pequeños cantos y masajes en su cabello negro opaco.

Recordó cuando su madre se puso triste al ver como su pequeño polluelo-como ella lo llamaba-se había teñido el cabello. Había tapado con un potingue de colores las maravillosas hebras negras y brillantes. Tanta oscuridad y orbes claros le daban el toque tierno de su apariencia. Aunque de por si aquel destello atractivo y lindo siempre permanecía en él.

Unos toques en su brazo le sacaron de ensoñación. Abrió los parpados lentamente. Acostumbrándose a la molesta luz que había chocado con sus pupilas nada más volver a su estado despierto. Observo la brillante sonrisa frente a su rostro, recordando cómo minutos atrás disfrutaba de las caricias en su pelo. Hanma le miraba con algo de reproche, quejándose me talmente cuando se dio cuenta que Haiden no estaba escuchando sus halagos hacia su persona.

¿𝐐𝐔𝐄́ 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐑𝐈́𝐀 𝐒𝐈...? . 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora