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🎬Narrador omnisciente:

Bajaba las escaleras con rapidez, esquivando cada mueble que reposaba en las esquinas de las habitaciones y saltando con agilidad al patio trasero. Sus pequeños pies descalzos se empezaron a ensuciar con el barro que permanecía de la reciente lluvia, llamando la atención del rubio que había llegado con la misma velocidad a la escena.

-Haiden, sabes que tu madre te regañará si ves que te has vuelto a ensuciar-Le comento el rubio de pelo hacia arriba-Y no quiero ver de vuelta a tu padre-

-Madre y padre no vuelven hasta por la noche-Anuncio con una gran sonrisa, levantando el bate al aire-Así que podemos disfrutar de una tranquila tarde con...-

-¡Béisbol!-

Una nueva voz se sumo al cotarro. Otro chico de cabello negro y pequeña cicatriz en el labio se adentro por la puerta trasera al gran patio, observando la gran sonrisa que creció en el bello rostro del pequeño Haiden.

-¡Pah-chin!-Saltó feliz de ver a su mejor amigo, acercándose y dándole un gran abrazo-

Por detrás aparecieron Baji y Kazutora, y como no, Mitsuya con el pequeño botiquín que siempre traía para esa especial tarde de los viernes. Tenían un horario específico para la actividad favorita de Haiden; el béisbol. Desde que lo vio casualmente en la televisión, estuvo empeñado en aprender a jugar a aquel deporte americano, y sus demás amigos no dudaron en seguirle el royo. Y aunque no lo creyesen, Haiden logró superar sus expectativas. El pequeño de cabello lila no era de apuntarse a actividades extraescolares, y prefería trabajar su deporte favorito en casa y con sus amigos, siempre cuando sus padres no estuvieran. Ellos eran demasiados estrictos, y si se enteraban de la mínima cosa que no le hiciera ver como un niño educado a la perfección, acabaría encerrado en su habitación sin poder ver más a sus amigos y quedándose en la soledad para siempre. Con suerte de momento eso nunca ha pasado, por lo que puede disfrutar de las horas de diversión con el grupo de personas que lo miraban batear y correr con una gran sonrisa.

-Pocas veces te he visto perder, Haiden-Comentó Kazutora pasando un brazo por sus hombros. La diferencia de altura era muy poco notable-

-Eso es porque está en mi equipo-Se burló Baji revolviendo sus hebras moradas-

-Pero si no sabes ni darle a la pelota, Baji-san-Le devolvió la burla saltándose del agarre de Kazutora y escapando del peli negro con afilados colmillos-

-¡Ven aquí Haiden!-Llamo avergonzado-

Siempre era lo mismo. Todos llegaban y disfrutaban de horas de correr hacia un lado y hacia otro, golpeando la pelota con el bate de Haiden y corriendo hacia las bases como si profesionales eran. Por un momento se olvidaban de su pandilla y los demás problemas que tenían y exclamaban felices lo bien que se lo pasaban. Estar en aquel patio tan extenso, beber el zumo de manzana que siempre se mantenía fresco en la nevera de la cocina y mantenerse bajo en sol caliente de verano mientras Mitsuya les curaba con cuidado los raspones en las mejillas y rodillas.

-¿Conseguiste la motocicleta que te querías comprar?-Pregunto Mikey apoyado en su regazo, disfrutando de las caricias en sus blondos cabellos-

-Me gustaría habermela comprado-Se rasco la nuca con un pequeño sonrojo en sus pálidas mejillas-Pero primero creo que debería aprender a montar el bici-

-Pfff-La primera risa fue aguantada, hasta que todos allí menos Mitsuya y Haiden estallaron a carcajadas-

-¡No os riais de mí, malditos sin cerebro!-Apunto con el dedo a sus amigos mientras fruncia el ceño-Sabéis que nunca me dejaron tener bicicleta-

¿𝐐𝐔𝐄́ 𝐏𝐀𝐒𝐀𝐑𝐈́𝐀 𝐒𝐈...? . 𝐓𝐎𝐊𝐘𝐎 𝐑𝐄𝐕𝐄𝐍𝐆𝐄𝐑𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora