Mirar aquel papel en sus manos le hacía doler la cabeza. Se mordía el labio con desesperación y su pierna rebotaba sobre si misma en un tic nervioso.
Era la primera vez que le despedían de un trabajo, y más de uno que le pagaba lo suficiente como p...
Un nuevo día había empezado, y como no, junto al sonido errático de timbre, Haiden iba corriendo escaleras arriba en busca de su clase que siempre mantenía la ventana del pasillo abierta. Corría y esquivaba a los demás estudiantes, varios le saludaban de conocerlos en asambleas y festivales, otros de los varios clubes en los que estuvo y los demás simplemente de años anteriores. Haiden devolvía los "buenos días" como podía, agarrando el asa de su mochila con una mano y con la otra apretaba su presentación contra su pecho.
-Vamos...yo puedo-Se susurraba a él mismo mientras doblaba la última esquina-Mierda-
Observo la puerta delante de él, cerrada, como siempre. Se agachó un momento en la pared, justo debajo de las ventanas de quedaban a la clase. Y asomándose un poco, logro visualizar al profesor empezando su clase de matemáticas. Chasqueo la lengua molesto, dejando sus pertenencias en el suelo, abrió la maleta, sacando el primer cuaderno que vio y con cuidado arrancó un pequeño trozo de papel. Saco un bolígrafo, escribiendo lo más rápido posible.
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Y una vez doblado, con cuidado y disimulo se lo lanzó al chico más próximo a la ventana. Escucho un pequeño "ay" seguramente le dio en el ojo, y con los dedos cruzados espero a que la voz de su amigo resonara de nuevo.
-Profesor, se le cayeron unas hojas del escritorio-Esa fue la señal-
Recogió sus cosas del suelo, entrando con mucho disimulo por una de las ventanas. Y andando lentamente hasta su sitio al lado de la ventana. Suspiro cansado de hacer aquello cada mañana, y miro a su amigo que le miraba con la ceja arqueada. Solamente pudo hacerle un corazón con los dedos antes de girarse y atender al profesor.
-Bien, con lo que iba diciendo-Continuo con la clase sin ver al recién llegado-
Así siguieron con las clases, teniendo un pequeño descanso entre hora y hora, hasta acabar caminando en el pasillo junto a su mejor amigo.
-Menos mal que traigo dinero, sino me hubiera quedado fuera por no tener con qué recompensarte-Afirmo rascándose la nuca con vergüenza-
-Suerte has tenido-
Yuuta Tanaka, adolescente de 16 años y unos hermosos ojos azules, cabello castaño y largas y lindas pestañas que siempre resultaban junto a sus pecas. Cada vez que sonreía sus brackets brillaban con la gomilla lila, y su estatura un poco mayor a la promedio lo hacia ver más atractivo. Aquel era su mejor amigo y crush, como no, cualquiera se enamoraría de él. Lastimosamente eso era lo único que pensaba Haiden. Ellos dos junto a un chico y una chica más pertenecían a los que todos llamaban raros, atractivos pero raros e inusuales. A ninguno le importaba y no le hacían caso a las miradas fijas que recibían por los pasillos, eran casi nulas, pero los que tenían el orgullo por los aires y sentían que eran los mejores de la institución eran los que seguían con aquel desagradable trato. A ninguno le importaba, simplemente seguían con su vida y con sus clubes, listos para aprobar el último curso y abandonar aquella preparatoria.
