kerosene [Sterek AU] - PAUSADA

chapter VIII: i am so happy that i'm not you

Stiles y su grupo salieron corriendo antes de que todo el colegio se reuna fuera de la sala.
- ¡Tenemos que encontrar quien es Gossip Girl!
- ¡No!, primero tenemos que hablar sobre nosotros.
- ¡No hay tiempo!, ¡vamos a mi casa! - gritó Stiles en medio de todo el caos.
El chico pidió el Lyft más cercano y se subieron los cuatro al auto en dirección a la casa del de lunares.

Una vez llegaron, todos subieron hasta el cuarto del chico, Stiles era el último en subir y su padre lo vió.
- ¿Stiles?, ¿qué haces aquí?
- Eh...
- ¡Señor Stilinski! - saludó Lydia. - Salimos temprano de clases, hubo un robo frente a la escuela y salimos temprano.
- ¿Un robo?
- Y tenemos tarea en grupo.
- ¿Ah sí?
- ¡Sí!, es de...
- Ciencias.
- ¡Te follaste a Allison! - se escuchó gritar a Scott.
- ¿Qué fue eso?
- Nada. - dijeron ambos al mismo tiempo.

Los dos subieron casi corriendo, Scott estaba en el suelo llorando mientras que Isaac estaba sentado en la cama cubriendo su rostro.

- ¿Qué parte de quedarse tranquilos y en silencio no entienden? - susurró Stiles.
- ¿Stiles? - llamó Rob golpeando a su puerta.
- ¡Dejé mi laptop encendida!
- Está bien, si necesitan algo, estaré en el living.
- Sí, papá. - miró mal a los tres. - Juro que voy a matarlos.
- ¿Cómo te atreviste a hacerme esto? - le dijo Scott.
- ¡No fue culpa mía!
- ¡Claro que sí!
- ¡Dejen de gritar! - dijo Lydia. - Ahora vamos a solucionar esto como seres humanos y no como animales. Isaac, ¿por qué lo hiciste?
- No lo sé, quería... sentir algo nuevo.
- O sea que te aburriste de mí, ¿no?
- ¡No!, ugh, Scott, te amo.
- ¿Pero?
Isaac suspiró fuerte.
- Pero no soy suficiente para tí.
- Eres un idiota, un estúpido, un imbécil. - Scott se levantó y se fue del apartamento. Lydia fue justo detrás de él.
- Trata de hablar con él. - le dijo antes de que vaya corriendo detrás del moreno.

Isaac seguía en la misma posición, Stiles se arrodilló frente a él y le tomó la mano.
- Hey, mírame.
El rubio le miró, mientras el de lunares le acariciaba.
- Puedes confiar en mí.
Lo que para Stiles era una acción inocente, para el rubio era algo totalmente diferente.
- ¿Enserio?
- Claro que sí, después de todo nos conocemos desde niños. Puedes-
Stiles no pudo terminar su frase porque Isaac lo tomó de la cintura y comenzó a besarlo. Stiles le pisó el pie fuerte y le dió un golpe en el estómago.
- ¡¿Eres idiota o qué?!
- ¡Pensé que tú querías hacerlo!
- ¡¿Qué te hizo pensar eso?!
- Bueno, me dijiste que nos conocemos desde hace años, ¿no?, y que puedo confiar en tí.
- ¡Como amigo, Isaac!, ¡Como amigo!
- Pero si ya nos acostamos una vez, podemos hacerlo de nuevo.
- ¡No no no no!, eso fue cosa de una vez, ¡y fue con Scott también!
- Es por Derek, ¿no?
- Claro que no, es porque Scott también es mi mejor amigo.
- Entonces, ya sabes que a Scott le gusta Derek, ¿o no?
Stiles quedó estático con la boca a medio cerrar.
- ¿Qué?
- Ya sabes, desde esa vez de la fiesta, ¿la del verano pasado?, cuando se besaron y después Derek te llevó a casa, ¿Scott no te dijo nada?

Stiles recuerda cuando Derek lo llevó a casa, recuerda cuando ambos acariciaron sus mejillas, luego juntaron sus manos.
Después se desnudaron, pero sin lograr hacer nada sexual. Ambos juntaron sus cuerpos y sintieron una conexión inusual. Como si sus almas estuvieran unidas.
Stiles estaba borracho, pero recordaba la sensación como si hubiera estado cuerdo todo el momento. Sintió que era especial.

- No me dijo nada. - susurró.

El chico sintió la rabia entrando a su cuerpo y se acercó al rubio, lo besó y lo hicieron en el suelo de su habitación. Isaac sonreía. El chico se acostó mientras el de rulos se colocaba su ropa.
- Espero que podamos repetirlo.
Stiles no respondió y se cubrió dejando ver solo sus ojos y su cabello. Una vez el rubio se fue, Stiles pudo llorar tranquilo. Ni siquiera sabía porqué lo hacía. No era como si lo suyo con Derek fuera algo importante. O como que Scott no le haya contado nada sobre su enamoramiento hacia el moreno. A la mierda. Lo guardaría en sus memorias sobre otro corazón roto.
Un poco más y el chico perdería la cordura. Su móvil comenzó a sonar y el de lunares solo le bastó con ver el nombre en la pantalla para darse vuelta y comenzar a dormir.