Realidad alternativa

Impredecible

"El mundo real era un lugar complicado, imperfecto, y lo peor de todo, impredecible"

Fernando Trujillo Sanz

—Hermione, ¿me puedes decir qué se supone que es esto? —le preguntó Draco una mañana.

Ella había estado caminando por uno de los corredores, yendo hacia la biblioteca, cuando su novio se interpuso en su camino y agitó nerviosamente un pergamino que tenía aferrado en su mano.

—Asumiré que se trata de una carta—dijo con lentitud, sin saber qué era precisamente lo que él quería que le dijera.

— ¡Es una carta de Potter! —exclamó con enfado— ¡De tu maldito amigo!

— ¿Te escribió a ti? —preguntó confundida— ¿Por qué?

— ¡Porque alguien le dijo que estábamos juntos! —supuso— ¿Por qué le dijiste, Hermione? ¿Por qué?

Aunque no solía dudar del afecto que Draco tenía hacia ella, esas palabras la molestaron. Apretó los labios con enfado y, esquivándolo, retomó su camino. Pero él la tuvo que seguir... como siempre.

—No sabía que querías que lo nuestro fuera un absoluto secreto, Malfoy—le contestó finalmente, casi hablándole entre dientes mientras intentaba contener el enfado y el dolor que sentía.

Draco maldijo en su mente, sabiendo que posiblemente se había expresado mal o, al menos, debió de haber aclarado mejor lo que quería decir.

—Espera, espera—la detuvo, poniéndose nuevamente delante de ella. Hermione lo miró seria—. No es un secreto. Quiero que todo el maldito mundo se entere de que tú eres mía—le aseguró.

—No soy tuya—lo corrigió luego de unos momentos, aunque tuvo que combatir con la sonrisa que amenazaba salir de la comisura de sus labios ante el placer que sintió al oír aquello.

—Si, sí, eres dueña de tu vida—dijo rápidamente con tono conciliador—; pero sabes lo que quiero decir: eres mi novia y no estás disponible para que ningún otro maldito te rodee—sus pensamientos fueron hacia Sam, quien era amigo de novia—. Pero no pensé que le dirías tan pronto a Potter. Ahora me escribió y me ordenó que quiere reunirse conmigo el próximo fin de semana, cuando tengamos la salida a Hogsmeade.

— ¿Y te dijo que quiere hablar sobre tu relación conmigo?

—No, pero ¿qué otra cosa puede ser?

Hermione lo miró algo divertida.

— No lo sé, pero deberías ir a averiguarlo. Además, no entiendo cuál es el problema, ¿le tienes miedo? —preguntó.

Draco jadeó.

— ¿Cómo puedes decir eso? ¡No tengo miedo de Potter!

— ¿Entonces?

—Entonces...—dudó pero terminó agitando su cabeza de un lado al otro—Olvídalo. Me reuniré con tu amigo.

Bueno, quizás sí estaba algo aterrado ante lo que quizás le dijera Potter. El maldito "niño-que-vivió" le había pedido tiempo atrás que protegiera a Hermione, incluso de él mismo, pero estaba seguro que desde la mentalidad del chico de lentes esto no se había cumplido. No sólo porque no había podido evitar que Hermione no se adentrara en un mundo de realidades alternativas—aunque técnicamente eso no habría podido impedirlo a menos que supiera de antemano lo que sucedería—, sino también porque había terminado enamorándose de ella y besándola en cada rincón del castillo.

Estaba seguro de que Potter no lo entendería. Quizás pensaría que quería buscar venganza o que hacía aquello por algún tipo de apuesta o imaginaría que quería simplemente meterse bajo las faldas de su amiga. Menos que la amara. Y aunque le molestaba esto, sabía que detrás de esos malos pensamientos había antecedentes que no lo dejaban precisamente bien parado. Quizás, lo que más lo aterraba, era la posibilidad de que Potter intentara y consiguiera convence a Hermine que estar con un ex mortífago, un Malfoy, un Slytherin, era una mala idea.