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SICK
[enfermo]

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En donde Michael está lidiando con más que un simple resfriado.

O, en donde Michael está comenzando a aceptarse a sí mismo y sus sentimientos por la persona que siempre quiso.

•••

—Oh, Michael, adelante. Me informaron que vendrías.

—Gracias, señora-

—Ya hablamos de eso, solo Liz está bien —insistió ella, haciéndose a un lado de la puerta para dejarlo pasar. Claro, a veces lo olvidaba, sin importar cuántos años hubieran pasado. Era simple costumbre.

Fue en el momento que Michael ingresó a la conocida casa, que supo que realmente fue una mala decisión venir (si es que podría agregar más cosas a su lista de "malas decisiones de los últimos días").

Solo necesitó estar unos segundos dentro y recorrer el lugar brevemente con la mirada, para darse cuenta de que (además de que la decoración de en la casa de los Hemmings seguía viéndose exactamente igual) había una gran cantidad de personas en la sala de estar. Casi todos, con similares características; personas altas, rubias o castañas, y con ojos claros (con una denominación de azul). Era como si hubieran reunido a todos los Hemmings en un espacio, y fuera el único intruso en el lugar.

Había llegado en medio de una reunión importante. O, lo que parecía ser alguna clase de celebración. Estas mismas reuniones familiares que también se organizaban en su casa cuando era cumpleaños de alguien u ocurría un acontecimiento importante.

Sin duda, un mal momento para recibir visitas externas.

Y, Michael era la visita externa.

—Lamento interrumpir, no sabía que estaban en medio de... una reunión familiar —dijo, mirando nuevamente alrededor de la habitación. Sintió unas cuantas miradas encima suyo que lo hicieron sentir más cohibido e incómodo.

—No te preocupes. Solo es el cumpleaños de la tía Lottie —dijo la señora Hemmings, como si no fuera gran cosa que Michael hubiera venido en el momento menos indicado, en medio del cumpleaños de uno de sus familiares —. Además, escuché que te encontrabas algo enfermo, ¿estoy en lo cierto?

Cierto, y no cierto.

De acuerdo, tal vez, más que nada, cierto.

Cierto, solo porque su cuerpo seguía temblando por los estúpidos escalofríos que no era capaz de controlar por más que hubiera estado cubierto por una gran cantidad de mantas en su cama. Además, la fiebre no parecía irse por nada del mundo, ni el abrazador calor que rodeaba su cuerpo. Y, no lo hagan hablar del insufrible dolor de garganta.

Hablar dolía, aunque su voz todavía no hubiera adquirido ese tono ronco y grave como en su último resfriado. Pero, todos los síntomas; fiebre, escalofríos, malestar de cuerpo y dolor corporal, estaban presentes y parecían no querer irse.

No cierto, solo porque logró convencer a su madre (con un gran éxito) de que no se encontraba resfriado por haber manejado en bicicleta, bajo la lluvia, para ir al centro comercial y ser capaz de llegar a la imperdible rebaja de videojuegos del siglo.

(Desde ahí empezaba la lista de "malas decisiones de los últimos días")

—No es gran cosa, estoy bien —comentó encogiéndose de hombros, aunque sintiera como si un camión hubiera pasado encimas de su cuerpo y una piedra estuviera aplastando su cabeza por la fiebre —. Podría irme y volver cuando-