13✧*・゚*

891 119 18
                                    

Había pasado una semana desde el desmayo de papá, ya había vuelto a casa, estaba tomando medicamentos y controlándose con el doctor dos veces a la semana, al parecer estaba mejor, o eso nos decía.

—¿Segura que no quieres que termine yo el proyecto?—preguntó Chifuyu mientras caminábamos a casa.

—Chifuyu, solo falta revisarlo y poner nuestros nombres, déjamelo a mí.

—Está bien, no quiero que te preocupes demás.

—Tranquilo, estoy mejor.—no mentí, con papá en casa me sentía más aliviada, además mágicamente mis padres volvieron a quererse y las peleas se habían desvaneciendo.

—Bien, ¿entonces nos vemos hoy por la noche?—dijo dedicándome una sonrisa coqueta. Reí y rodeé los ojos.

—Mm, lo pensaré ¿si?—respondí haciéndome la difícil, claramente quería salir con él a caminar por la noche, así lo llevábamos haciendo desde hace tres días atrás.

—Pasaré por ti a las 9 entonces.—se despidió con un beso en la mejilla, yo entré a mi casa y él siguió su camino.

Definitivamente me estaba enamorando de Chifuyu, era inevitable.

Dieron las 9 y sigilosamente salí de casa, mis padres parecían bastante entretenidos mirando una comedia, y yo aproveché para salir con Chifuyu.

—Que puntual eres.—dijo al verme salir.

—Vámonos ya, antes de que me vean.—dije soltando una risita.

Me tomó de la mano y me llevó corriendo hacia el parque. Nuestro plan era simplemente acostarnos en el pasto y mirar las estrellas, ¿cursi? definitivamente, pero bueno, Chifuyu leía shojo, no me esperaba menos.

Me recosté a su lado, él estaba atento a las estrellas mientras yo estaba atenta a su rostro, tenía una nariz perfecta, qué decir de sus ojos, su color verde me hipnotizaba.

—__, ¿podemos dejar de fingir que no noto que me estas observando?—dijo sin desviar su mirada.

Me largué a reír pero sonrojada, me había descubierto.

—Ajá, estoy mirando porque tienes un moco allí.—apunté su nariz.

Él no se la creyó.

—Me miras porque me amas, __. Ya lo sé.—rodó los ojos.

—Chifuyu, leer shojo te está haciendo bastante mal.—seguí bromeando.

—Y juntarte conmigo a ti te hace mal, te estás enamorando.—me reí.

—Como digas.—me giré para observar las estrellas también.

Nos quedamos en silencio por unos segundos.

Chifuyu deslizó su brazo alrededor de mi hombro acercándome a él, ahora estábamos abrazados, ninguno decía nada, no queríamos arruinar el momento tan perfecto que estábamos teniendo.

En mi mente solo me repetía me enamoré de Chifuyu Matsuno.

Sentía el calor de su cuerpo, no deseaba nada más en ese momento, solo quedarme así con él por siempre. Que ese momento fuera eterno era mi único deseo.

—Te quiero.—salió de mis labios sin darme cuenta. No quise mirarlo, arruiné el momento.
Él tomó mi barbilla y me hizo mirarlo.

—Yo también te quiero,__.—dijo mirándome directamente a los ojos, el verde de sus ojos ahora se veía más brillante. Nos miramos por unos segundos hasta que el teléfono de Chifuyu sonó.
Ambos nos incorporamos rápidamente.

—¿Mamá? Si si, ya voy de vuelta. Tranquila, ajá, voy caminando.¡Adiós!—y colgó la llamada—Se está haciendo tarde, debemos irnos.—asentí y comenzamos a caminar en silencio a casa.

Llegamos.

—Nos vemos mañana.—le sonreí alejándome.

—Pasaré por ti temprano.—se despidió con la mano y partió corriendo a su casa.

Abrí la puerta tratando de no hacer ruido, funcionó. Mis padres ya dormían, todo salió perfecto.

Cartas [Chifuyu Matsuno]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora