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Estaba nervioso, debía admitirlo

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Estaba nervioso, debía admitirlo. Con Jeon no habían llegado a tal grado de intimidad en el que se contaban las cosas y lloraban juntos, por esa razón Jimin se sentía como un intruso acercándose cuando él está tan vulnerable, pero enserio quería demostrar su apoyo, aunque no tuviera las palabras adecuadas o el mejor de los consejos, podría abrazarlo y decirle que todo mejorará.

Un toque, dos... ¿debía esperar que le dijera que pase o entrar de todas formas aunque no respondiera? Luego de no recibir respuesta ante el tercer toque, pensó en dar marcha atrás y darle su espacio, tal vez eso es lo que el contrario necesitaba. Retrocedió un paso y volvió a quedarse quieto en su lugar. No, había venido por algo.

—Pasa... —se escuchó muy bajito y sonó más a un quejido que a una palabra en sí, pero Jimin logró escucharlo y no iba a esperar un segundo más para entrar.

Abrió la puerta y la oscuridad de la habitación lo recibió. Tardó un poco en acostumbrar sus ojos pero finalmente lo hizo y pudo observar la figura del castaño sentado en el borde de su cama, con sus piernas flexionadas y su cabeza reposando sobre ellas. Se acercó lentamente y realmente se sintió un inútil al no saber qué hacer luego, no sabía si preguntar algo, o esperar que el otro hablara, su cabeza se llenó más de preguntas que de soluciones, pero todo se volvió claro cuando Jungkook no pudo silenciar más su llanto y Jimin se quebró con él.

Corrió hasta su lado y sin pensarlo dos veces pasó ambos brazos por el cuerpo del menor, tratando de reconfortarlo en un suave abrazo de todo estará bien, tienes mi apoyo siempre.

—¿Qué pasó Koo? ¿Por qué tu hermosa sonrisa se ocultó? —preguntó sin soltarlo en ningún momento.

—Yo... —no logró terminar, aún le era difícil pues una vez que se instala ese nudo en la garganta, ya es difícil dejarlo ir.

—Tranquilo... Estoy aquí —susurró el mayor con voz dulce a la vez que comenzó a tararear una conocida canción cuyo nombre no importaba ahora, pero era dulce y relajante, Jimin quería transmitirle paz no solo con su cuerpo, sino también con su voz.

Y parecía estar lográndolo.

Y parecía estar lográndolo

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Daydreamer [kookmin au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora