Capítulo XXII

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CAPÍTULO XXII: “Conversaciones pendientes...”

AUTORÍA: Regina

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Una semana, solo eso falta para ver convertidos sus sueños en realidad, pero algo anidaba en su corazón produciéndole una terrible tristeza. Ella lo notaba pero cada vez que intentaba hablarlo, él se excusaba con el trabajo, los preparativos de la boda, la colección, el poco tiempo que les quedaba para ellos… En fin… no había forma de saber por sus propias palabras, cual era el origen de las sombras que cubrían sus ojos.

En la mansión de los Mendoza, Margarita daba vueltas por la sala con una mezcla de tristeza y enojo.

DM: No es justo Roberto, no es para nada justa tu actitud… Cuando lo de Camila, tu me hablaste, me hiciste entrar en razones sobre lo necio de mi proceder y ahora tu estas actuando igual.

DR: No tiene comparación Margarita, no puedes comparar, nuestra hija tomo una decisión que solo afectaba a su vida, pero Armando… Armando puso en juego no solo su futuro, sino el nuestro, el de los Valencia, el de mil doscientas familias, eso no es justo y yo no lo puedo perdonar.

DM: Ja, los Valencia, menuda porquería nos resultaron esos, en especial Daniel con su petulancia, con sus incidías para destruir a Armando y a su futura esposa y ni que hablar de Marcela, que lo amaba, que era su vida y cuando se entero del matrimonio poco menos que limpio el suelo con la hombría y reputación de tu hijo y no se privo de nada la niña, si hasta insinuó que TU HIJO tenia tendencias bisexuales porque se disfrazo de Drag Queen para una fiesta de Hugo…

DR: Margarita, lo tuyo…

La conversación se vio interrumpida por la empleada que anunciaba la visita de la novia del niño.

DM: Beatriz aquí, habrá algún problema? Nunca vino sola mi nuera...

N: Si señora, la señorita esta sola y me pidió hablar con don Roberto.

DR: Conmigo, no, eso no. Seguro viene a defender a tu hijito, no señora yo no la atiendo, ni más faltaba.

DM (poniéndose de pie y señalando a su esposo con un dedo) : Pues te va a tocar Roberto Mendoza, porque esa niña tal vez tenga algo que decirte y tu no eres un cobarde, o si querido? Le tienes miedo a esa frágil muchachita?

DR: Frágil? Tu nuera frágil? Ja! Esa muchacha es de acero y me va a poner de cabeza!

DM: Norma, haga pasar a Beatriz

DR: No, yo no la atiendo, no señora

DM: ¡ROBERTO MENDOZA! Como vas a hacer eso?

B: Buenas tardes Doña Margarita, Don Roberto.

DR (tarde, ya no puedo negarme) : Buenas tardes Beatriz.

DM: Pasa hija, Roberto te espera encantado.

DR: Si hija, paso algo, algún problema?

B (poniéndose colorada, respira profundo y se decide) : Pues vea que si hay un problema y muy grave señor.

DR: No me asuste, Armando la regó otra vez?

B: Don Roberto!!

DM: Roberto!

DR: Bueno no se que se asombran, ese hijo tuyo Margarita, ha hecho muchos desastres.

B (indignada) : Ve que grave es el problema? Usted no confía en su hijo, ¿le parece poco? (Sin tomar aire)... Mire señor, yo lo respeto, si volví a la empresa fue por usted y creo que estaba equivocada y se lo dije, porque Armando es un ser humano excepcional y se equivoco, es cierto, pero supo pedir perdón y resarcir sus errores, claro que no contó con que su padre, su propio padre no confiara en él y eso, eso señor, esta destruyéndolo y yo, yo amo a su hijo y no puedo verlo así…

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