Capítulo XVI

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CAPITULO XVI: “Hablemos de una noche de amor...”

AUTORÍA: Regina

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B: Ar... Armando, tu, yo...

A: ¿Qué te sucede, amor?

B: Es que no... nos cuidamos... y...

A: Y? (La anima a continuar).

B: Pues, que el apuro... es que no...

A: Ya cariño, no te preocupes, total si encargamos una Beticita o un Armandito, ya no tiene remedio nena, vamos hazme un lugarcito y acomodémonos en la cama (beso).

B: No te importa...? Pero si tu... tu nunca... quisiste...

A: Con Marcela, mi amor... contigo quisiera tener muchos, muchos niños... pero...

B: Pero?

A: Pero primero nos casamos... que si no mi suegro me mata! Ja, ja, ja,

B: Casarnos? Eso es una proposición?

A: Aja!

B: Armando! Póngase serio!

A: Volvimos al usted? Veras mi vida, nada me gustaría más que vivir contigo el resto de mis días, pero también entiendo que recién me has perdonado y que debo darte tiempo a ti y a los demás para que vean que soy otro, que tu amor me cambio... Pero si es necesario, (Mirándola pícaro)... porque hicimos diana, pues a la Iglesia, ahora mismo, mi amor.

B (empujándolo de la cama) : No pues, y quien le dijo que yo aceptaría? (Sarcástica)... “Ja, si hicimos diana, a la Iglesia”. Pero quien se creyó que es usted...?

A (se incorpora del piso donde había caído de traste, toma su rostro y la calla con un beso que la deja sin aliento) : Mi amor!, no comiences yo no quiero que me malinterpretes, Betty!!! Yo te amo y deseo que estemos juntos, que formemos una familia, con niños, con nuestros afectos rodeándonos, no me siento obligado a nada, mi amor, pero si tu hubieses quedado embarazada, tendríamos que adelantar la boda, o no quieres casarte conmigo princesa?

B: Si, no... bueno no se...

A: Anda tontita (Haciendo pucheritos)... Déjame acostar a tu lado, mira lo que me hiciste, me duele! (Tocándose el trasero)... Ay! Mi amor me hiciste caer de la cama sobre mis partes nobles... (Se arrebuja a su lado y la abraza atrayéndola muy juntito a el)... Mi amor, quiero que sepas que tu puedes contar conmigo, siempre, sea cual sea la circunstancia, en las buenas y en las malas Beatriz, te amo.

B: Si? (Lo mira enternecida).

A: Si mi amor...

Las palabras empiezan a sobrar, son las miradas las que hablan, las caricias, suaves, dulces que Armando le prodiga, con delicadeza, como si fuera el cristal más frágil. Betty comienza a sentir un calor especial que entibia su sangre y sus sentidos... Armando besa despacito su cuello, recorre con la yema de los dedos su clavícula, sus hombros, desciende hasta sus senos, rozándolos, arrancándole gemidos y suspiros profundos, se apodera de su boca en un beso profundo que ella corresponde con urgencia, con desesperación.

A (con la voz ronca y en un susurro profundo) : Despacito... mi vida... no hay apuro... mi amor... tenemos toda... (beso)... la noche (beso)... para amarnos (beso más prolongado)... Mi amor... (beso)... te amo tanto chiquita (besa su cuello hasta llegar a su oído)... te necesito, te deseo tanto mi amor...

B (también con la voz ronca) : Yo... yo también te necesito... te extrañe tanto...

A (toma su rostro entre las manos y la mira a los ojos) : Si?, si?

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