10: Ira

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Auron encajó las uñas a la madera de aquella mesa, estaba enojado... Demasiado disgustado con lo que estaba escuchando, Juan y él se encontraban en la biblioteca, el hechicero le contó todo lo que había visto y escuchado de Fargan, si bien ya de por si era molesto el saber las cosas que aquel infeliz hablaba acerca de él, lo del beso con Focus fue el límite.

Aún con toda la ira dentro de él, se contuvo lo más posible para no perder la compostura frente a Juan.

- No creí que tuviera que llegar a esto pero... Creo que Fargan debería ser castigado severamente, es decir ya le aguanté bastantes cosas hasta ahora

- ¿Un castigo? - Juan se acomodó los lentes - ¿Cómo piensas hacerlo?

- De hecho... Pensaba pedirte ayuda para eso

- ¿Qué deseas? Lo que me pidas, lo haré

- Necesito estar con él a solas, pero para eso necesito un motivo para encerrarle

- Entonces hay que meterle en un lío

- Desde luego... Hay que inculparle de algo grave, lo suficiente como para poder apartarle del resto de presos y que no se me cuestione sobre lo que haré

- Conozco a alguien que pude colarse en su celda y sembrarle algo

- ¿Quién?

- El jodido alien, ese sujeto hace lo que sea por dinero y no sé como lo hace pero sabe como robar cosas y colarse en sitios difíciles, hablaré con él y arreglaré todo por ti

- No se quien es... ¿Estás seguro de que es confiable?

- Desde luego, quizás no lo conoces porque es de otro bloque de presos, pero siempre coincidimos en algunas actividades, no te preocupes que yo me encargo de todo

- Ya veo - Auron se acercó al hechicero, depositando un beso en la mejilla - gracias por tu ayuda Juanito... Me aseguraré de recompensarte todo esto que haces por mi

- No hay problema... - Juan estaba ruborizado, aquel beso le tomó por sorpresa

Al final Juan salió de la biblioteca, tenía que ir en busca del sujeto al que contrataría para la misión, estuvo dando vueltas por el gran patio hasta que pudo visualizarle de lejos, alguien así era difícil de no poder distinguir, pues era un alien de piel verde, antenas, cabello blanco y ojos grandes de color negro, aunque para su mala suerte no se encontraba solo, un guardia estaba con él.

- Paco ya es suficiente, déjame ir - habló el alien quien iba esposado siendo acompañado por un guardia de cabellos azules peinado en una coleta

- No es Paco, es Pato ¡¿Cuántas veces te lo tengo que repetir?!

- Pato o Paco es lo mismo, sólo déjame ir

- ¿De verdad quieres que deje ir como si nada después de lo que acabas de hacer?

- Estaba jugando, ya sabes, soy muy travieso jeje

- ¡Los cojones estabas jugando!

- Uy ojalá

- Buenas - interrumpió Juan

- Hey Juan ¿Le puedes decir a Paco que no puede llevarme en contra de mi voluntad? Esta muy mal qué intente llevarme a un lugar sin mi consentimiento, no soy un alien fácil, debería darle vergüenza el no saber aceptar un “no” como respuesta

- ¿Eh? Bueno-

- Cállate ya hombre - Pato dio un empujón al alien

- No me pegues qué me excita

¡¡Maldita zorra!! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora