¡¡Maldita zorra!!

6: El Director

El joven guardia golpeó un par de veces la puerta, tras aquello se pudo escuchar un “Adelante” por lo que el joven giró la perilla e ingresó a la oficina.

El lugar era espacioso, con muebles de buena calidad y un olor suave a velas aromatizantes, detrás del escritorio se encontraba un hombre de cabellera rizadas y en tonalidades castaña rojiza, al igual que su abundante barba, aquel era el director Josecristo, un hombre sumamente respetado en el lugar, además de mostrar cierta preferencia por Auron.

- ¿Cómo has estado princesa? - cuestionó el director al señalar al chico que se acercara y tomara asiento

- Bien señor, un día bastante tranquilo

- Ya veo... Te pedí que vinieras porque necesito que me ayudes con algo de papeleo, he tenido demasiados problemas para hacerlo todo por mi mismo ¿Crees que puedas ayudarme con eso? Te prometo que no será complicado, te daré lo más fácil de hacer

- No sé si al subdirector de seguridad le parezca... Ya sabe que es muy celoso con sus guardias

- No te preocupes, hablaré con Reborn... Pero definitivamente necesito tenerte aquí conmigo por un rato

- Esta bien... Si usted lo dice debe ser verdad

Minutos posteriores, Auron había comenzado con el papeleo, documentos básicos que requerían una aprobación, cosas como permisos, servicios o listas de conteo de material o piezas para el mantenimiento de máquinas, todo lo que sucedía dentro de aquella prisión debía saberse por el director, de igual forma cualquier cambio o solicitud debía ser aprobada por él, por lo que realmente su día a día era estar en quel escritorio leyendo y aprobando oficios.

Auron leía cuidadosamente los oficios y los sellaba para aprobarlos o rechazarlos conforme su criterio, aquello era algo que al director le fascinaba del joven guardia, el hecho de que siempre tenía la mente fría y contaba con la capacidad de tomar decisiones acertadas, Josecristo a menudo bromeaba que debería cambiarle el puesto y que sea su linda secretaria en un lugar de un simple guardia, no obstante de hacerlo tendría algunos conflictos con Reborn, el subdirector de seguridad, ese hombre era muy estricto con sus guardias, un sujeto tan temible y malhumorado que a veces hacía que el propio director se pensara dos veces antes de meterse a opinar respecto a las formas que Reborn tenía de dirigir a sus trabajadores.

Solo había que escuchar la llamada telefónica que tuvo que hacerle a Reborn para informarle que se había traído a uno de sus guardias a hacer papeleo, el director se puso a discutir a través del teléfono, sin embargo el tono de voz de Reborn era tan elevado que podía escucharse claramente en la oficina, cosa la cual hizo reír a Auron internamente.

«Viejo cascarrabias»

Fueron las palabras con las que Auron identificaba a Reborn, siempre había sido tan amargado, por suerte Auron nunca tuvo muchos problemas con él, a diferencia de los pobres desgraciados que tuvieron la mala dicha de decir algún comentario o siquiera soltar un pequeño gesto que le fuese del desagrado del subdirector.

Las horas fueron pasando con tranquilidad entre decenas y decenas de oficios, sellos y tinta, el turno del joven estaba por finalizar, por lo que inmediatamente se dirigió a guardar las gruesas bitácoras de listas de conteo, el director estaba sentado en un pequeño sofá color negro que había en el lugar, revisando su teléfono con calma, mientras tanto Auron se retiró los zapatos y subió al escritorio, debido a su baja estatura, no podía alcanzar la cima del mueble de madera, por lo que requería subir a una superficie e inclinarse.

Josecristo desvío la mirada de su pantalla del móvil, apreciando al pequeño guardia de rodillas sobre el escritorio, estirando el brazo hasta lograr colocar la bitácora en su lugar, el director sonrió ante tal imagen que consideraba provocadora por el detalle de que podía notar lo mucho que ese uniforme parecía ajustarse y dar paso a la imaginación sobre cómo lucía el cuerpo del chico sin alguna prenda de por medio.