Juan salió de aquel consultorio siendo escoltado por Betra, estaba bastante apenado por lo que había sucedido en la consulta, el hecho de haber confesado a su psicóloga los sentimientos que tenía respecto a Auron, necesitaba olvidarse un poco de eso por lo que le preguntó a Betra si podía llevarlo a la biblioteca a lo cual el guardia asintió.
Fueron caminando hasta llegar al lugar, Betra se aseguró de que Juan entrase en el sitio para entonces ya poder marcharse de vuelta a sus labores.
Juan saludó a Destri quien era el encargado de la biblioteca, este simplemente respondió ante el saludo haciendo un gesto con la mano y continuó enfocándose al libro que sostenía. El hechicero continuó su andar por los pasillos repletos de libros, por suerte el edificio era algo grande por lo que tenía espacio y estantes de sobra para escoger, la biblioteca tenía todo tipo de libros, desde cosas básicas con información, obras literarias clásicas de renombre, cuentos que eran tan simples o fantasiosos como para ser dirigidos hacia niños, novelas de romance, misterios o terror e incluso cómics o mangas cosa la cual era impensable, lo cierto era que la biblioteca estaba destinada a abarcar todo tipo de gustos, lamentablemente solo Juan parecía hacer gran uso de dichas instalaciones.
El hechicero fue mirando los estantes del final, con su dedo iba rozando los libros hasta encontrar uno que llamó su atención, un libro de pasta gruesa de color rojo, el castaño lo retiró con ambas manos, dejando un espacio en el estante que permitía ver a través de él, Juan se mantuvo observando unos instantes hasta que un rostro se mostró en aquel espacio, causando que el hechicero se sobresaltara del susto.
- Tranquilo Juanito soy yo Auron - dicho esto el joven guardia se apresuró a dar la vuelta para llegar al otro lado del pasillo junto a Juan
- Me asustaste... Dios no vuelvas a hacer eso
- ¿De verdad? ¿Tan feo soy que te asusté?
- ¡No!
- ¡Guarden silencio! - exclamó Destri desde su lugar sin apartar la mirada de su libro
- Habla más bajito Juan
- Si... Lo que quería decir es que... Por supuesto que no eres feo, es más creo que eres muy hermoso - pronunció con timidez
- ¿De verdad crees que soy hermoso?
- Lo eres... En verdad lo eres - Juan abrazó el libro contra su cuerpo, se sentía como una chica experimentando su primer amor, el estómago estaba repleto de mariposas
- Has sido un chico muy maravilloso conmigo Juanito... Quiero recompensarte por eso
- No es necesario, yo estoy feliz de ayudarte en lo que sea Auron
- Déjame hacerlo, no te vas arrepentir
- Si tu insistes... ¿Qué quieres hacer?
- Ven conmigo - Auron tomó la mano del hechicero, ambos caminaron hasta llegar al final donde había un pequeño cuarto en el que se guardaban viejos estantes con libros dañados y material de limpieza de la biblioteca
Una vez dentro Auron cerró la puerta y colocó el seguro, Juan estaba confundido pues no entendía la razón por la qué había sido traído.
- Mira hacia allí - el guardia señaló una silla que estaba en una esquina - siéntate en ese lugar
- Sí - Juan obedeció la petición y se colocó en el lugar, antes de que pudiese hacer alguna pregunta más, se quedó inmóvil al ver al guardia ponerse de rodillas entre sus piernas
- Te voy a dar tu recompensa por tus atenciones conmigo cariño - pronunció el guardia al acercar sus manos a los pantalones de Juan
- A-Auron ¿Qué h-haces? - Juan estaba colorado de la repentina vergüenza de la situación
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¡¡Maldita zorra!!
FanfictionEl tiene un bello rostro, un rostro angelical, pero debajo de esa belleza se oculta la verdadera malicia, él es la maldad andante y aún con toda esa maldad, es imposible no caer ante sus encantos. Todos dentro de aquella prisión lo saben, saben que...