CAPÍTULO 9

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AHORA ES TU TURNO

Ella me miró con el orgasmo aún en la cara, me sonrió y empezó su parte del trabajo. Me mojó todo el cuerpo aprovechando para tocarme el pene. Se llenó las manos de jabón y me recorrió todo el cuerpo con ellas. La sensación de sus manos resbalando por todo mi cuerpo me encantaba. Al llegar a mi pene me empezó a masturbar con el jabón deteniéndose justo antes de que yo me eyaculara. 

Sin mucha prisa se deshizo del jabón que había en mi cuerpo y se agachó delante de mí. Primero estuvo pasando el chorro de la ducha por el capullo haciendo que yo me estremeciera de placer. Luego se lo introdujo lentamente en la boca. Me sorprendió mucho que era su tercera vez dándome sexo oral pero no tenía ningún problema por metérselo todo hasta tocar su nariz con mi vientre. 

Si tenía con las caderas la mitad de talento que con la boca, esa iba a ser una noche memorable, no sólo para ella, sino también para mí. Pronto me empezó a llegar el orgasmo, fruto del trabajo que los labios y la lengua de mi prima le estaban haciendo a mi pene. Derramé todo mi semen en su boca pero esta vez ella lo tragó todo sin dejar que se escapara nada. Aprendió rápido la niña. 

Una vez que estuvimos limpios y secos nos fuimos a la cama desnudos y preparé toallitas y condones.

—Eso no te hace falta. —Me dijo.

—¿Qué?

—Empecé a tomar la píldora cuando supe que venía a vivir contigo, mamá no lo sabe.

Una expresión traviesa y pícara se dibujó en su cara al ver que lo que acababa de decirme había hecho que yo me excitara de nuevo. Por mi parte, acababa de darme cuenta de que la noche iba a ser mejor aún de lo que pensaba. No solo iba a desvirgar a una preciosidad de 18 años, sino que iba a poder sentirlo por completo.

Le dije que se tumbara en la cama de lado, yo me tumbé al lado suyo pero al revés, poniéndole descaradamente mi pene en los labios. Ella no dudó en introducir mi miembro en su boca.

—Esto te distraerá mientras te voy preparando. —Le dije. 

Realmente esa era mi intención, pero aparte me daba mi parte de placer. Tal y como estaba puesto tenía su vagina totalmente a mi disposición, así que le separé bien las piernas y empecé a comérmela. Cuando sus fluidos volvían a empapar su intimidad, me mojé el dedo corazón con saliva y lo introduje lentamente en su vagina. Cuando encontré su himen empecé a abrirme paso con suavidad, cosa que hizo que ella soltara un pequeño gemido de dolor.

Lentamente mi dedo se fue introduciendo entero. Cuando estuvo todo dentro, lo dejé quieto y me puse a lamerle el clítoris para excitarla y bajar el dolor. Me di cuenta de que daba resultado cuando ella empezó a mover la cabeza de nuevo con mi pene en la boca. Entonces empecé yo también un movimiento de mete saca con el dedo al mismo tiempo que mi lengua le estimulaba su botoncito.

Cuando ya mi dedo resbalaba con facilidad dentro de su agujero, introduje lentamente el índice también dentro, esta vez pude introducirlo más fácilmente que el primero así que me puse a moverlos los dos dentro, al principio los movía de lado a lado dentro de mi prima, cuando un dedo iba, el otro venía, y luego volví con el mete saca.

Cuando mi prima volvía a parecer cómoda con dos dedos dentro me aparté de ella y la tumbé boca arriba.

—¿Estas lista?
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